miércoles, 20 de febrero de 2013

UN NUEVO NOMBRE PARA UN NUEVO COMIENZO


Gómer volvió a concebir y dio a luz una niña. Entonces el Señor le dijo a Oseas: «Ponle por nombre: "Indigna de compasión", porque no volveré a compadecerme del reino de Israel, sino que le negaré el perdón» (Oseas 1:6).

La niña recibió un nombre infame: «Indigna de compasión». En este caso, no era torpeza o crueldad de los padres, sino una orden de Dios. El nombre era señal a la casa de Israel. Todos los que conocieran u oyeran el nombre de «Indigna de compasión», aprenderían algo.
Pero no fue así con 285 jovencitas de Bombay, India. En ese país se ha dado un tremendó caso de discriminación contra las mujeres. Ahí los padres prefieren varones. Específicamente en el estado de Maharashtra, cuando la madre sabe que está embarazada de una niña, aborta, y si la da a luz, le pone un nombre infame: Nakusha, o Nakushi, que quiere decir «Indeseada» o «No deseada» en hindi, idioma oficial de la India. El doctor Bhagwan Pawar, director de Salud del distrito de Satara, dijo que esos son nombres muy negativos para una niña y productos de la discriminación. Por eso propuso la idea de una ceremonia oficial, colectiva, de cambio de nombre. Se llevó a cabo por primera vez el 22 de octubre de 2011, cuando 285 jovencitas se deshicieron de sus despectivos nombres.
La razón principal por la cual los padres prefieren a los varones es porque las hijas resultan ruinosas. Casar a una hija en India es costosísimo. Muchas familias se endeudan para poder conseguir la dote acostumbrada, que es muy alta. En cambio, un varón es muy deseable porque trae a la casa a una novia con una dote muy elevada que enriquece o por lo menos «ayuda» económicamente a la familia. Por lo mismo, se considera que tener una hija es una desgracia y tener un hijo una bendición. De ahí que en Maharashtra comenzara esa lamentable costumbre de los nombres.
Con el fin de detener esa discriminación, el gobierno de la India ha hecho muchos esfuerzos, pero casi sin éxito. En gran parte del país las mujeres aún sufren discriminación por el solo hecho de ser mujer. Pero con esa ceremonia, centenares de niñas eligieron un nuevo nombre «para un nuevo comienzo», como dijo el New York Times.
Dios también dio a Jacob un nuevo nombre porque el suyo era infame. En sentido espiritual, todos necesitamos un nuevo nombre. Por eso el profeta Isaías escribió: «Las naciones verán tu justicia, y todos los reyes tu gloria; recibirás un nombre nuevo, que el Señor mismo te dará» (Isa. 62:2). Todos recibiremos un nuevo nombre.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

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