viernes, 29 de marzo de 2013

PARA EL CAMPO MISIONERO


Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos. Mateo 28:19.

A menudo se apela a nuestras iglesias a dar regalos y ofrendas para ayudar a proyectos misioneros en el campo local y para sostener la obra misionera de ultramar... Desde cada iglesia debieran ascender oraciones por un aumento de la devoción y la generosidad. Aquellos cuyos corazones están entretejidos con el corazón de Cristo estarán felices de hacer lo que pueden para ayudar a la causa de Dios. Se alegran por la expansión y avance, lo que implica ofrendas mayores y más frecuentes...
Bien podemos sentir que es un privilegio ser colaboradores de Dios cuando damos nuestros medios para que avancen sus designios en el mundo. Todos los que poseen ese Espíritu de Cristo tendrán un corazón tierno y compasivo, y una mano abierta y generosa. Nada que tenga a Cristo como el centro que todo lo absorbe puede ser realmente egoísta...
Considere las necesidades de nuestros campos misioneros alrededor del mundo. Nuestros misioneros laboran ardua y fervientemente, pero a menudo se ven muy obstaculizados en su trabajo porque la tesorería está vacía, y no se les dan las facilidades necesarias para el mayor éxito en su labor. Que Dios ayude a aquellos a quienes se les han confiando los bienes de este mundo para que adviertan los designios divinos y su responsabilidad como individuos. Dios les dice: Los he puesto en posesión de mis bienes para que puedan invertirlos en llevar adelante las misiones cristianas que han de establecerse cerca y lejos...
No todos pueden ir como misioneros a tierras lejanas, pero todos pueden hacer la tarea que los espera en su propio barrio. Todos pueden dar de sus medios para llevar adelante la obra misionera...
Dios animará a sus fieles mayordomos que están listos a que usen bien todas sus energías y capacidades de parte de Dios. Según todos aprenden la lección de rendirle fielmente a Dios lo que le pertenece; él, por medio de su providencia, les permitirá a algunos que traigan ofrendas cuantiosas. A otros les permitirá que hagan ofrendas menores; y los dones pequeños y grandes son aceptables para él si se los da con su gloria como objetivo: "Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios" (2 Cor. 9:10, 11).— Review and Herald, 18 de abril de 1912.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White

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