domingo, 17 de abril de 2016

LA CURA DE DIOS PARA TUS BOSTEZOS -1

“A su amado dará Dios el sueño”. Salmo 127:2

Nuestro mundo vive cansado. Si no puedes dormir de noche, sencillamente acude a Google e introduce “estudios sobre el sueño”, “investigación sobre el sueño” o “problemas de sueño”. ¡Ahí hay suficiente lectura e investigación para curar cualquier insomnio! Hay quien dice que más de cincuenta millones de estadounidenses padecen algún tipo de falta de sueño. Nadie está de acuerdo del todo en lo que respecta a cuánto dormimos cada noche en promedio. Sin embargo, según la mayoría, no es suficiente.
Y ahora no somos solo los adultos. Un número creciente de adolescentes (un informe sugería que una cuarta parte de sus participantes jóvenes) se queja de insomnio. En consecuencia, la prescripción de pastillas para dormir para jóvenes de menos de diecinueve años va en aumento. Soy pastor en una ciudad universitaria. Los jóvenes adultos tienen la fama de quemarse las pestañas, o, si se prefiere, de hacer de la noche día. ¡Somos una sociedad somnolienta!
Por eso me encanta la buena noticia que el Salmista expresa en una sola frase en nuestro texto de hoy. Dios da sueño a los que ama -y eso nos incluiría a la totalidad de sus hijos de la tierra-. A algunos les gustaría diluir toda noción de sueño o descanso físico de esta promesa. Pero hacer tal cosa distorsionaría la imagen de Dios. Sin duda, el Dios que diseñó a Adán y Eva al principio para que disfrutaran de una noche de sueño y descanso profundamente satisfactorios no está molesto cuando sus cansados hijos llegan al sábado ansiosos de tal refrigerio. (¿Por qué, si no, habría creado Dios la “tarde” o la “noche” en Génesis 1?).
Hubo un tiempo en que los ancianos, en nuestro medio, hablaban en términos despectivos sobre dormir en sábado. Pero quizá el quid de su preocupación fuera que no deberíamos desperdiciar el día de regalo de Dios durmiendo todo el tiempo. Y estoy seguro de que todos, ciertamente, estaríamos de acuerdo. ¿De qué serviría hacer polvo nuestra mente y nuestro cuerpo durante seis días y seis noches de trabajo incesante solo para poder caer rendidos el sábado a fin de recargar nuestras baterías lo bastante para reiniciar nuevamente la carrera de locos otros seis días? Hay algo en esa imagen que está claramente mal.
Pero la imagen oculta en nuestro texto de hoy -“A su amado dará Dios el sueño”- es un recordatorio bendito de que una buena noche satisfactoria de descanso es, verdaderamente, un regalo de nuestro Creador. Disfruta de ese sueño cada noche de descanso de esta semana. Y sé bienaventurado con su don del sueño la noche del próximo sábado. Después de todo, el sábado es la cura de Dios para tu primer bostezo: la fatiga física.
“Venid a mí […] y yo os haré descansar” (Mat. 11:28).

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson
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