lunes, 25 de abril de 2016

UN MAESTRO JUDÍO


El arte de enseñar es el arte de ayudar a descubrir. Mark Van Doren

La escuela secundaria Júnior High recibía visitas frecuentes de la policía de Nueva York para poner fin a peleas y disturbios. Los alumnos faltaban a clases más de lo que asistían y la escuela tuvo seis directores en solo dos años. Nadie quería aceptar aquel reto, y resultaba difícil vislumbrar un futuro para los estudiantes. Hasta que apareció en escena Shimon, un judío de barbas largas y ropa negra que asumió la dirección del centro en 2004. Tenía mejores ofertas de empleo, pero su vocación lo instó a quedarse allí.
A primera vista, aquel hombre parecía no encajar pero, tres años después de su llegada, la escuela dejó de ocupar el duodécimo lugar entre las más peligrosas de Nueva York y la asistencia escolar aumentó un 93%. Padres y alumnos, con ayuda de Shimon, habían descubierto no solo la necesidad de cambiar, sino cómo hacerlo. Para lograr aquel cambio, Shimon había tenido que tomar medidas drásticas: despedir a la mitad de los profesores, contratar a otros más dedicados y buscar soluciones a los problemas del centro (incluso atendía las quejas de los muchachos en los pasillos). Shimon ha marcado la diferencia porque está convencido de que Dios lo ha puesto en la tierra para ayudar a los demás.* ¿No te recuerda este maestro judío a otro Maestro judío? Jesús, como un simple hombre, vino a un mundo que apenas tenía futuro. Podía haberse quedado en el cielo, pero su amor al ser humano, hundido en el pecado, lo instó a asumir el gran reto de venir a marcar la diferencia. Usó medidas drásticas: descartó las enseñanzas y criterios tradicionales alejados de los principios de Dios, se rodeó de un equipo de apóstoles y discípulos bajo su liderazgo, nos mostró la solución al pecado, que es el gran problema de este mundo, y atendió “entre pasillos” las necesidades de la gente que salía a su encuentro. En solo tres años, cambió muchos corazones.
Tal vez te cuesta vislumbrar un futuro; quizá vienes de un hogar destrozado, vives en un entorno difícil o has perdido la esperanza… Jesús te dice: “He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
Asiste diariamente a la escuela del Maestro de los maestros, que te ayuda a descubrir el plan de Dios para ti. Y ten fe en él. Jesús es nuestra única esperanza de cambio.

“He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).

*Adaptado de John Quiñones, Héroes (Nueva York: Harper Collins, 2008), pp. 31-35.

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
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