jueves, 2 de junio de 2016

“¿HAY ALGUNA E-S-P-E-R-A-N-Z-A?”

“Aguardamos la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” Tito 2:13

Hace años un submarino experimental quedó panza arriba frente al litoral oriental de los Estados Unidos y, con su tripulación encerrada dentro, se hundió hasta el fondo del mar. Las iniciativas de salvamento empezaron de inmediato. Por fin, las lecturas de sonar acabaron recogiendo el golpeteo de código Morse hecho por los supervivientes dentro del submarino volcado. Lentamente, su mensaje fue tecleado a base de ruidos a través del casco del navio hundido: “¿H-A-Y-A-L-G-U-N-A-E-S-P-E-R-A-N-Z-A?”
Es una pregunta colectiva que se formula en el mundo entero, ¿no? “¿Hay alguna esperanza?” Puedes oír el golpeteo del código Morse procedente de las preguntas vociferantes de los corresponsales de prensa a tal o cual presidente o este o aquel primer ministro, que se coloca ante un montón de micrófonos para pronunciar otra declaración en medio de una de tantas crisis nacionales. “¿Hay alguna esperanza?” Oyes su golpeteo tras los titulares de los portales electrónicos dedicados a la economía, que monitorizan veinticuatro horas al día y siete días a la semana los crudos detalles de las fluctuaciones monetarias de las bolsas de valores. “¿Hay alguna esperanza?” Captan el golpeteo las cámaras de vídeo de los servicios informativos que sacan un primer plano del rostro angustiado y afligido de los supervivientes de aquel atentado, entrevistados para obtener su reacción aturdida a la absurda tragedia. “¿Hay alguna esperanza?” Mantente de pie al lado de los familiares amontonados junto a aquella tumba y podrás oírlo en sus sollozos apagados. “¿Hay alguna esperanza?” ¿Por qué? Porque de esperanza está hecha la supervivencia humana; por eso. El proverbio (29:18) también podría formularse: “Cuando falta la esperanza, el pueblo se desenfrena”.
Entonces, ¿cuál es la esperanza de los elegidos, la esperanza que aún puede salvar a esta generación? “Una de las verdades más solemnes y más gloriosas que nos presenta la Biblia es la de la Segunda Venida de Cristo para completar la gran obra de la redención. Al pueblo peregrino de Dios, que por tanto tiempo tuvo que habitar en región y sombra de muerte (Mat. 4:16), se nos ofrece una valiosa esperanza inspiradora de gozo en la promesa de la venida de Aquel que es ‘la resurrección y la vida y que ‘trae a los desterrados de vuelta’ (Juan 11:25; Sal. 147:2, NTV). La doctrina del segundo advenimiento es lo que realmente da sentido a las Escrituras” (;Maranata: El Señor viene!, p. 13; la cursiva es nuestra).
Esa verdadera nota tónica es el mensaje mismo que el mundo tuyo y mío precisa desesperadamente ahora mismo. Por ello, salgamos hoy con esperanza -la esperanza como es en Jesús-, ¡lo que la hace verdaderamente bienaventurada!

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson
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