miércoles, 25 de mayo de 2011

DOMINIO PROPIO

Como ciudad derribada y sin muralla, es el hombre sin dominio propio. Proverbios 25:28 (Reina-Valera 2000).

El cuerpo humane fue hecho por Dios para estar en movimiento. El trabajo que les encargo a Adán y Eva en el Edén no era una obra meramente intelectual. Todas sus facultades físicas, mentales y espirituales se unían en el cumplimiento de sus labores diarias en el paraíso.
Luego que el pecado entro a la tierra, el trabajo físico se intensifico (Gen. 3:17-19), pero aún así el trabajo continúe siendo una bendición del Creador para sus criaturas.
Actualmente, muchas personas rehúyen el trabajo que demande esfuerzo físico. Lo curioso es que entonces se tienen que emplear horas en el gimnasio o en la práctica de deportes. Pero incluso algo tan inofensivo como los deportes puede tornarse en un problema en la vida de algunos.
Al participar de un deporte, muchos lo hacen de manera tranquila. Se exigen a sí mismos para lograr el mejor resultado, pero su temperamento no se altera con una derrota. Desafortunadamente hay algunos deportistas que al no obtener el resultado esperado se transforman en agresores de sus compañeros o de los jugadores contrarios. Emplean insultos, burlas y hasta llegan a la violencia física.
El sabio Salomón aconsejo a todos los que tienen propensión a exaltarse y ser iracundos: "Como ciudad derribada y sin muralla, es el hombre sin dominio propio". Es posible que el enemigo de Dios emplee el deporte que te gusta para que pierdas la noble virtud del "dominio propio", dada por el Espíritu Santo (Gal. 5:23).
Pero más allá de lo que el desee, jamás podrá obligarte a que cedas a sus invitaciones y tentaciones. Eres tú el que decides. Por eso, al practicar cualquier tipo de deporte, no olvides que también allá esta Jesús contigo, y haz del dominio propio el invitado de honor a cada cita deportiva.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

No hay comentarios:

Publicar un comentario