sábado, 30 de enero de 2016

NO IMITEMOS A CHARLATÁN

“No puede haber armonía entre Cristo y Belial” (2 Corintios 6:15).

Hace poco leí que durante la Guerra Civil Norteamericana un hombre estaba bastante preocupado por quedar bien con los dos bandos en conflicto. Luego de varios días tratando de encontrar la solución a su dilema, decidió colocarse la guerrera del Norte. Sin embargo, cuando se miró en el espejo pensó que era inapropiado pelear en contra de sus compatriotas sureños. Así que se le ocurrió ponerse los pantalones del Sur. Chaqueta del Norte, pantalones del Sur; según él, esto le permitiría formar parte de los dos grupos bélicos sin poner en riesgo su vida. Vaya sorpresa la que se llevó cuando ambos ejércitos le dispararon.
El amigo de nuestra historia me recuerda a Charlatán, el personaje de El progreso del peregrino, de Bunyan. Charlatán era el típico cristiano que “era un santo de la puerta para fuera, pero un demonio en la casa”. ¿No te parece que le queda muy bien el nombre que le puso Bunyan? ¿Acaso te gustaría que, en los asuntos espirituales o de cualquier otro ámbito, se diga de ti que eres un charlatán o una charlatana?
“¿Qué tienen en común la justicia y la injusticia? ¿O cómo puede la luz ser compañera de la oscuridad?”, se preguntaba el apóstol Pablo; y él mismo responde: “No puede haber armonía entre Cristo y Belial” (2 Corintios 6:14, 15). Otras versiones rinden este último pasaje de esta manera: “No hay acuerdo”, “no puede haber amistad”, “no hay concordia”, “no puede haber pacto” entre Cristo y Satanás. En otras palabras, un joven cristiano no ha de coquetear y usar una guerrera de Jesús al mismo tiempo que lleva el pantalón de Satanás. Hemos de usar siempre la vestimenta que nos identifica como soldados del ejército del Cordero de Dios.
Nuestro Señor no requiere jóvenes que nadan entre el bien y el mal, entre la iglesia y el mundo, entre la luz y las tinieblas. Él necesita jóvenes de fe firme, que no claudiquen ante los ataques del enemigo. “Dios necesita soldados en su ejército. Tendrá hombres que, cuando deban tomarse decisiones importantes, serán tan leales al deber como la brújula al polo” (Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 554). ¿Eres uno de esos jóvenes? ¿O eres uno de los que imita a Charlatán?

Por: J. Vladimir Polanco Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco
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