jueves, 28 de enero de 2016

PRIMERO LO PRIMERO

Estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. Jesucristo

Había una joven que lo tenía todo: salud, un buen marido, dos hijos preciosos, un salario elevado… pero en su vida había una gran laguna: no tenía tiempo para Dios. Si se demoraba en el trabajo, sus hijos le reclamaban; si hacía las tareas con los niños, su marido se sentía desatendido; si su esposo le pedía tiempo a solas, el trabajo y los hijos se resentían… Había abandonado la lectura, la oración y la reflexión por falta de tiempo.
Para enseñarle una lección, su padre le regaló una planta y le dijo: “Tendrá aroma y flores si la riegas y la podas de vez en cuando”. El tiempo pasó y de nuevo el trabajo, los problemas, la familia… todo consumía la vida de esta joven, de modo que descuidó la planta. Como no daba signos externos de estarse marchitando, ella creyó que podía continuar sin prestarle atención hasta que un día, sin más, la planta se murió. Sus raíces estaban secas, sus flores caídas y ni rastro de las hojas. Completamente muerta. La joven se lo contó a su padre y él le dijo: “Esa planta era única, como tu relación con Dios. Debes aprender a regarla o se marchitará hasta morir”.
La vida es para todos un delicado equilibrio de fuerzas que reclaman nuestra atención, nuestro
tiempo, nuestras energías de tal modo, que nos cuesta encontrar la forma de cuidar la relación con Dios. ¡No sabemos por dónde podar! Al fin y al cabo, el día solo tiene veinticuatro horas y nadie tiene el don de la ubicuidad. Estamos afanadas, inquietas y preocupadas con tantas cosas, que olvidamos que solo una es necesaria (ver Luc. 10:41, 42) y no nos será quitada: el crecimiento espiritual. En tomo a él hemos de mover los hilos que penden de nosotras.
“Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo” (Ecl. 3:1, NVI), pero esto solo es así cuando sabemos establecer las prioridades: “Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mal. 6:33, NVI). No somos supermujeres; al contrario, cada día vemos nuestras limitaciones. Tampoco hay fórmulas sencillas para resolver problemas complejos, pero hay una que nunca falla: reservar un tiempo diario para estar a solas con Dios. Lo demás vendrá por añadidura.
Estás preocupada y te inquietas por demasiadas cosas, pero solo una cosa es necesaria” (Luc. 10:41,42).

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
#AnteTodoCristiana #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMujeres #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

No hay comentarios:

Publicar un comentario