LOS DOS ARBOLES

En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal. Génesis 2: 9

—Nuestros primeros padres tuvieron el lugar más hermoso para vivir. En medio del jardín del Edén estaba el árbol de la vida. Por su forma, tamaño y hermosura, no había ninguno que se comparara con él. Su fruto era espectacular —inició la madre—, su propósito era perpetuar la vida de todo el que lo comiera.

—¡Qué agradable habrá sido, no me lo puedo imaginar! —exclamo Susana.

—Pero eso no era todo —continuó la madre—. Cerca del árbol de la vida estaba otro, el árbol del conocimiento del bien y del mal. Dios les había dicho a Adán y a Eva que no lo tocaran ni comieran de su fruto, pues era una prueba para demostrar que lo amaban.

—¡Qué triste que Eva tomó del fruto! —lamentó Mateo.

—Sí, qué triste —dijo la madre—. Dios había creado a Adán y a Eva con libertad para que tomaran decisiones y deseaba que lo obedecieran por amor. Previamente, los ángeles habían advertido a la primera pareja que tuvieran cuidado, porque Satanás podría tentarlos y hacerlos pecar, por lo tanto, debían permanecer juntos. Sin embargo, Eva se separó de Adán, y pronto se encontró frente al árbol prohibido, le pareció muy hermoso y se preguntaba por qué Dios no quería que comieran de su fruto. Entonces Satanás, disfrazado de una bella serpiente, le habló y le ofreció el fruto. Ella lo tomó y lo probó, y le supo delicioso. Rápidamente fue junto a Adán para ofrecérselo, y él con tristeza vio lo que su compañera había hecho. Sabiendo que ella había pecado, él también comió. ¡Qué tristeza que Adán no se mantuvo fiel a Dios, sino que prefirió seguir el camino de Eva!

¿Sabias que…… antes de pecar, Adán tuvo acceso al fruto del árbol de la vida?

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Por: Noemí Gil Gálvez

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