viernes, 27 de abril de 2012

LAS FLECHAS VENENOSAS NO ME ALCANZAN


«El Todopoderoso ha clavado en mí sus flechas, y el veneno de ellas me corre por el cuerpo» (Job 6:4).

¡Flechas venenosas! Eso da miedo. ¿Sabías que las flechas venenosas de verdad existen? En serio. Los indígenas de Centro y Sudamérica las usan para cazar aves y animales para comer ¿Sabes cómo elaboran las flechas venenosas? Te voy a dar el secreto.
Hay unas ranas llamadas «ranas punta de flecha» que viven en la jungla, cuya piel está cubierta de un líquido venenoso. Los indígenas humedecen sus flechas con la piel de estas ranas y estas inmediatamente se vuelven venenosas.
Satanás también lanza flechas venenosas. La Biblia dice en Efesios 6:16 que nosotros debemos ponernos el escudo que nos «libre de las flechas encendidas del maligno» (NVI). El escudo de la fe nos protegerá de cualquier flecha que Satanás nos lance. Tener fe significa creer que Jesús murió por nosotros, que nos ama y que nos salva. Así que no tienes que preocuparte por las flechas de Satanás. Si creemos en Jesús, nuestro protector; no hay ningún peligro. Las flechas caerán al piso y jamás nos dañarán.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

TRES MENSAJEROS ALEGRES


Ten misericordia de mí, Jehová, porque estoy en angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, también mi alma y mi cuerpo. Mi vida se va gastando de dolor y mis años de suspirar; ¡se agotan mis fuerzas a causa de mi maldad y mis huesos se consumen!. (Salmo 31:9-10).

¿Cómo te sientes hoy? ¿Cansada, triste, angustiada, con dolor? Muchas personas experimentan altibajos emocionales de los cuales no consiguen liberarse y estos se reflejan en sus cuerpos. Algunas terapias podrían ayudarte a restablecer el equilibrio interno y a hallar una salida a la crisis.
Nuestro organismo produce varios neurotransmisores:
Serotonina. Es responsable de la sensación de calma. Ayuda al reloj biológico y produce sueño. Es el conductor de la orquesta y mantiene el ritmo de todos los instrumentos. Como un reloj ayuda a coordinar todas nuestras funciones a un determinado compás.
Noradrenalina. Proporciona energía. Si nuestro organismo no produce una cantidad suficiente, nos sentiremos cansadas, exhaustas y sin ánimo.
Dopamina. Activa el centro del placer y nos ayuda a disfrutar de la vida
Si hay carencia de dopamina y endorfinas la vida se convierte en algo desprovisto de placer. Entonces muchos tratan de sustituirlas por el café, el alcohol, el juego, las adicciones o las drogas. El problema de algunas de estas sustancias y prácticas es que parecen satisfacernos a corto plazo, pero nos hacen daño a largo plazo.
Te recomiendo siete recursos para frenar la angustia, la tristeza, y el dolor.

  • Lee Palabra de Dios y ora.
  • Haz ejercicio físico a diario.
  • Cuida tu alimentación.
  • Mantente en contacto con la naturaleza.
  • Ayuda a alguien que esté en necesidad.
  • Participa de alguna actividad agradable.

«Es privilegio de todo cristiano gozar de los profundos impulsos obrados por el Espíritu de Dios. Una paz dulce y celestial invadirá la mente y os gustará meditar en Dios y en el cielo. Os deleitaréis en las gloriosas promesas de su Palabra. [...] No habéis sentido vuestra condición arruinada, no os habéis apartado de vuestros malos camino con amarga pena. Nunca habéis muerto al mundo. Todavía amáis sus placeres; os gusta tener parte en conversaciones sobre asuntos mundanos» (Mensajes para los jóvenes, p. 130). Pidamos a Dios que nos ayude a amar su Palabra y que su Espíritu obre en nosotras para que podamos disfrutar de una vida plena.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Blanca Dalila R de Góngora

GENTE BUENA ALREDEDOR


Den siempre gracias a Dios el Padre por todas las cosas, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Efesios 5:20.

Leamos con atención algunas de las razones por las que Arturo Morales*, un joven residente de Brooklyn, Nueva York, se involucra en conductas criminales.

  1. No tengo trabajo, ni asisto a la escuela.
  2. No tengo novia ni ninguna persona con la que pueda contar.
  3. Tengo amigos cercanos, pero todas son amistades sucias.
  4. No pienso en el futuro en lo absoluto, ni en hacer nada que valga la pena.
  5. Nada de lo que hago me produce felicidad (William Damon, Greater Expectations [Mayores expectativas], pp. 48,49).

No sé qué es lo te llama la atención al leer las declaraciones de Arturo, pero hay dos que me producen tristeza. Una: «Nada de lo que hago me produce felicidad». ¡Qué curioso! Este joven no disfruta de lo malo que hace, pero continúa haciéndolo. ¿Por qué? Los sociólogos hablan de la pobreza, de la desintegración de los hogares, de la erosión de las normas y los valores sociales, entre otras, como causas de la delincuencia juvenil. Y nadie duda que estos factores tengan mucho que ver con este flagelo. Sin embargo, leamos nuevamente la N° 2 de la lista: «No tengo novia ni ninguna persona con la que pueda contar».
¿Cómo puede vivir una persona sin tener siquiera a alguien cercano a quien pedir consejo, a quien contar las penas de su corazón o con quien compartir sus sueños?
¿Podrías imaginar tu vida si no tuvieras a nadie con quien contar en los momentos difíciles o tristes de tu vida? Si algo nos enseña la historia de Arturo es que tenemos que dar gracias a Dios porque alrededor de nosotros hay mucha gente que nos quiere y que sinceramente desea nuestro bienestar.
Por cierto, ¿cuándo fue la última vez que le diste gracias a Dios por tus padres, por tus hermanos, por tus buenos amigos...? ¿Y cuándo fue la última vez que les diste gracias a ellos?.
* Nombre ficticio usado en la investigación.
Gracias, Señor, por toda la gente buena que se preocupa por mi bienestar.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

SUELTE EL ARCO


«Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa» (Isaías 11:10).

No sé cómo a alguien se le pudo ocurrir la idea de que cada semana, cuando llega el sábado, Dios nos quita algo bueno. Por lo menos algunos lo ven de esa manera. No obstante, los casados no consideran que su aniversario sea la negación de nada bueno. Por ejemplo, suponga que es su aniversario y usted y su cónyuge tienen previsto salir. Pero yo voy y digo:
—Oigan, ¿por qué no vienen los dos a mi casa esta noche?
Inmediatamente, usted me contestaría:
—No, gracias.
—¿Qué sucede, no les caigo bien? —protestaría yo.
Y usted respondería:
—¡Claro que nos cae bien! Pero esta noche es nuestro aniversario de boda y queremos salir.
El aniversario del sábado es nuestro tiempo con Dios. Es nuestro. El mundo quiere compartir el sábado con nosotros, pero no debemos dejar que eso suceda. ¿Ha trabajado duro esta semana? Le voy a dar una buena noticia: en seis días o menos se librará de la rutina. Saber que no tenemos que soportarlo durante más de seis días ayuda a sobrevivir. Jesús invita a todos los que están cansados a descansar en él (Mat. 11: 28).  
Un hombre vio que un profesor participaba en los juegos infantiles de unos niños. Se echó a reír y le preguntó al profesor por qué desperdiciaba su tiempo con una actividad tan frívola.  El profesor respondió tomando un arco, soltando la cuerda y volviéndolo a poner en el suelo. Entonces dijo al criticón:
—Ahora resuelva el acertijo, si es que puede... Díganos qué implica que el arco no tenga cuerda.
El hombre lo miró unos instantes, pero no tenía ni idea de a qué se refería el profesor. El profesor explicó:
—Si mantiene un arco en tensión constante, llegará un momento en que se romperá; pero si suelta la cuerda y permite que se enderece, cuando lo necesite, estará en mejor condición.
Cuando Dios «reposó de toda su obra» (Gen. 2:3), estableció una pauta para nosotros. Deberíamos tomarnos su ejemplo muy en serio. Por tanto, reserve cada sábado como un tiempo especial para reposar físicamente y para renovarse espiritual y emocionalmente, Si dedica tiempo a «aflojar el arco»,  estará en las mejores condiciones para el Señor.  Basado en Mateo 12:8

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

jueves, 26 de abril de 2012

HABLANDO DE LA LENGUA


«Estarás a salvo del latigazo de la lengua, y no temerás cuando venga la destrucción» (Job 5:21).

Si fueras minúsculo y pudieras entrar (con tus botas en miniatura) en la boca abierta de alguien y pararte sobre su lengua, estarías asombrado y tal vez un poco asustado. Serías agitado hacia arriba y hacia abajo y lanzado hacia adelante y hacia atrás a medida que la persona hablara. 
¿Qué quería decir Elifaz, el amigo de Job, cuando dijo que Dios lo protegería del latigazo de la lengua? Creo que lo que quena decir es que hay gente que usa su lengua para «azotara a otros. Dicen cosas de cierta manera que suenan malintencionadas y horribles. Si alguna vez has «azotado» a alguien con tu lengua, sabes el daño que esto puede causar
Dios quiere que uses tu lengua para decir cosas buenas y agradables. Haz algo: busca a alguien en este momento que esté cerca de ti y dile algo cordial. ¿Ya lo has hecho? ¿Te sentiste bien haciéndolo? Nuestra lengua puede ser muy dañina si la usamos para dar «latigazos». Usa tu lengua para decir palabras de amor y fíjate cómo esta puede hacer que los demás sonrían.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

LIBÉRATE DE LOS MALOS HÁBITOS


Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme» (Mateo 19:21).

¿Te gustaría ser perfecta? Esla es una de mis metas, pero si analizo mi vida me doy cuenta de que me falta mucho para llegar a la perfección. Hay algo en mi interior que anhela lograrlo y que a la vez se resiste a ello con mucha fuerza.
Recuerdo al joven rico que buscó a Jesús para hacerle una pregunta: «Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?» (Mat. 19:16). Aquel joven y nosotras tenemos mucho en común: ansiamos la perfección, creyendo que se necesita hacer mucho para alcanzarla. Por esa razón procuramos comer sanamente y poner en práctica determinados principios de salud. Pero una vez lo hemos hecho, sigue faltándonos algo. ¿Qué nos falla?
Recientemente recibí una encuesta sobre alimentación. Al terminar de leerla, reflexioné respecto a la importancia de seguir los principios de salud que como adventistas del séptimo día predicamos. Considero que actualmente tenemos muchos conocimientos sobre la buena alimentación pero, ¿los ponemos en práctica?
Creo que es importante que reflexionemos sobre las ideas del siguiente párrafo: «Muchos violan las leyes de la salud por ignorancia, y necesitan instrucción. Pero la mayoría sabe cosas mejores que las que practica. Necesitan comprender cuán importante es que rijan su vida por sus conocimientos» (Consejos sobre la alimentación, cap. 1, p  576, §759).
El principal problema es que tenemos muchas costumbres y hábitos fuertemente arraigados que resultan difíciles de erradicar para llevar un estilo de vida correcto. Cada una de nosotras conoce cuáles son los hábitos cuestionables que practica. Tal vez comer entre comidas, no hacer ejercicio, no beber suficiente agua, no descansar adecuadamente, o no ser temperantes.  Al mismo tiempo, sabemos qué hacer para corregir dichos defectos.
Mi querida hermana, ya es hora de que pongamos en práctica los conocimientos que Dios nos ha dado respecto a los principios de salud y de que abandonemos los malos hábitos que nos perjudican.
Escuchemos a Jesús y sigámoslo. Únicamente así lograremos la perfección.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Perla Edith Sánchez

LOS OJOS DEL ENTRENADOR


El Señor dice: «Mis ojos están puestos en ti». Salmo 32:8.

Cuando un periodista preguntó a los jugadores de fútbol americano Green Bay Packers la razón de su éxito, uno de ellos respondió: «No jugamos para las masas que están en las bancas o los millones que ven el juego por televisión. No nos preocupa, mayormente, lo que dicen los medios de comunicación. Jugamos con un solo objetivo en mente: los ojos del entrenador. Cuando revisamos la filmación el lunes por la mañana, queremos estar seguros de que Vince Lombardi haya quedado satisfecho».
¿Por qué tuvieron tanto éxito los Green Bay Packers?. Porque en el campo de juego, lo único que les importaba eran los ojos del entrenador, no los de la multitud.
Y tú ¿qué dices? Al enfrentar los desafíos del mundo, ¿qué te preocupa más? ¿A quién quieres agradar? ¿Te atreverás a vivir de tal modo que puedas agradar al Entrenador celestial, el Señor Jesucristo? ¿O simplemente formarás parte del montón, para quienes únicamente cuenta el aplauso del público en las gradas?
Mientras Jesucristo estuvo entre nosotros, vivió solo para agradar al Padre. Dijo: «Porque yo no he venido del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre, que me ha enviado» (Juan 6:38). Nada hizo para complacer al populacho, y nada lo desvió del sendero del deber, ni siquiera la sombra de la cruz.
¿Copiarás el Modelo? Dios no quiere que imitemos «las costumbres de este mundo»; por el contrario, espera que seamos «personas nuevas, diferentes, de novedosa frescura en cuanto a conducta y pensamiento» (Rom. 12:2, versión Lo más importante es el amor). Y mientras así vivas, su promesa para ti es: «Te haré entender, te enseñaré el camino en que debes andar, sobre ti fijaré mis ojos» (Sal.32:8,NRV2000).
¿Qué te promete el Señor? Según nuestro versiculo para hoy, él te ha prometido:
1. Sabiduría para distinguir el bien del mal: «Te haré entender».
2. Dirección, pues te enseñará «el camino en que debes andar», y
3. Protección, pues sobre ti fijará sus ojos. ¿A quién te propones complacer hoy, al "Entrenador celestial, Cristo el Señor, o la multitud?
Señor, concédeme hoy tu sabiduría, de modo que viva solo para complacerte a ti

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

UN ANIVERSARIO


«Santificad mis sábados, sean por señal entre mi y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová, vuestro Dios» (Ezequiel 20:20).

Resuelva este acertijo: ¿Cuándo es el cumpleaños de la madre de Adán? Respuesta: La madre de Adán es la tierra (ver Gen. 2:7). Todos los sábados celebramos el cumpleaños de la tierra. Pensar en el sábado como un cumpleaños es agradable, pero no acabo de sentirme cómodo con la idea. Deje que se lo explique. Mi cumpleaños es el de una sola persona: yo. En mi cumpleaños, ¿dónde está el centro de atención? Soy yo. Digámoslo claro, en mi cumpleaños yo soy el homenajeado.
Por otra parte, yo prefiero ver el sábado como un aniversario de boda. Los aniversarios de boda no tienen que ver con el yo sino con el nosotros. El sábado no tiene que ver solo conmigo, sino con nosotros: Dios y yo. Solo celebran aniversarios de boda las personas casadas. El sábado es para personas comprometidas. Según las Escrituras, el séptimo día es una señal entre Dios y quienes lo sirven (Éxo. 31:13). Por tanto, si alguien no sirve a Dios o no considera a Jesús como su Señor, el sábado no le incumbe. A veces suponemos que, si predicamos el sábado en todo el mundo, terminaremos la misión de Dios en la tierra.  No, el mundo no necesita el sábado. Necesita a Jesús. Las bendiciones del sábado llegan después de que la persona se ha comprometido con Jesús; igual que sucede con un aniversario de boda, que se celebra después del matrimonio.
Pero los aniversarios de boda se producen solo una vez al año. Dios sabía que necesitamos tiempo de calidad con él más de una vez al año. Por eso nos dio un «aniversario» cada siete días. Durante seis días trabajamos duro, pero el séptimo tenemos libertad para descansar (Exo. 20:8-11).
Jesús quiere que dejemos a un lado las cosas de la semana que nos han fatigado y estresado para que podamos descansar en él.
En cierta ocasión, el conductor de un carro de heno, de camino al mercado, adelantó a un anciano que llevaba a cuestas una pesada carga. Se compadeció de él y lo invitó a subir al vehículo. Agradecido, el anciano aceptó y subió a la parte de atrás. Después de unos minutos, el conductor se volvió para ver cómo estaba el hombre. Para su sorpresa, descubrió que el anciano todavía se debatía bajo la pesada carga porque no se la había quitado de los hombros. El sábado es un momento para quitar las cargas de los hombros.  Basado en Mateo 12:8

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill