jueves, 9 de mayo de 2013

LOS TRES HEBREOS Y TÚ

Pero aun si nuestro Dios no lo hace así, sepa usted que no honraremos a sus dioses ni adoraremos a su estatua (Daniel 3:18).

Todos sabemos que los tres hebreos eran valientes. Desafiaron al rey claramente y con mucha decisión. Para eso se requiere valor. Pero ¿es cierto que el valor era la virtud más destacada de los tres hebreos? Conviene saberlo, porque los que vivan en los últimos días, posiblemente tú, tendrán que desafiar a «un rey de rostro adusto, maestro de la intriga» (Dan. 8:23), como lo define la profecía.
Una vez Nikita Jrushchov, primer ministro de la Unión Soviética, presentó un importante discurso sobre el estado de los asuntos de la nación ante el concilio supremo soviético. En su discurso hizo algo totalmente nuevo al comentar abiertamente los despiadados excesos de la era de Stalin. Mientras Jrushchov hablaba, alguien del auditorio envió una nota con un comentario muy duro: «Camarada primer ministro Jrushchov, ¿dónde estaba usted cuando Stalin cometía esas atrocidades?».
Jrushchov, enojado, gritó:
—¡Quién envió esta nota!
Nadie respondió.
—Le voy a dar un minuto para ponerse de pie—, dijo Jrushchov.
Los segundos pasaban pero nadie se movía.
—Está bien, les voy a decir lo que yo estaba haciendo —dijo Jrushchov—. Estaba luciendo exactamente lo que el autor de esta nota está haciendo. ¡Nada! Yo tenía miedo de ser diferente.
Temor de ser diferente. Temor de tomar una posición. Temor de que todos lo miren, allí, de pie, sólito, ante el rey y ante el horno de fuego ardiente. Si alguna vez en la historia necesitamos estar firmes, y Dios nos llama a estar firmes, es ahora.
Sin embargo, creo que el valor civil no fue la virtud más destacada de los tres hebreos que desafiaron a Nabucodonosor y el horno de fuego. Lo que los distinguía eran sus firmes convicciones. Principios de conducta bien establecidos, claramente comprendidos y firmemente sostenidos desde la niñez. Esa fue la fuerza y el poder que los capacitó para desafiar al rey y al horno de fuego. Esa misma virtud necesitarán los que sean llamados a desafiar al «rey de rostro adusto, maestro de la intriga», que levantará otra imagen y otro horno de fuego en los últimos días.
Ese valor no es de origen humano. Será el que tendrán los que pasen por un reavivamiento y una reforma y sean dotados de poder de lo alto cuando llegue el momento. Quizá no tengas esas virtudes hoy, pero las puedes desarrollar mientras llega el tiempo. Te sugiero comenzar hoy.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

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