viernes, 22 de abril de 2016

LOS CUATRO ABSOLUTOS

“Háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).

Eric Liddell es conocido en el mundo básicamente por dos razones: 1) por haber ganado la medalla de oro en los 400 metros durante los Juegos Olímpicos de 1924; 2) por su fidelidad a Dios y su entrega a la causa de Cristo. ¿Qué factores influyeron para que Liddell se convirtiera en un gran deportista y en un gran cristiano? Creo que algo determinante en su vida fue asumir un compromiso con los cuatro absolutos que promovía el Grupo de Oxford: 1) honestidad absoluta; 2) pureza absoluta; 3) generosidad absoluta y 4) amor absoluto.
En realidad lo que el Grupo de Oxford hizo fue modelar a los jóvenes basándose en la experiencia de José, el hijo de Jacob. Según Génesis 39, cuando Potifar “lo nombró su ayudante personal y mayordomo de su casa, y dejó a su cargo todo lo que tenía”, José manejó adecuadamente todas las posesiones de su amo. Su honestidad era absoluta. Cuando la esposa de Potifar lo sedujo y lo invitó a tener relaciones sexuales, José declaró: “¿Cómo podría yo hacer algo tan malo, y pecar contra Dios?” Su pureza era absoluta. Cuando José se convirtió en la mano derecha de faraón, diseñó un plan para contrarrestar la hambruna que habría de azotar al mundo. Sin embargo, su programa de abastecimiento no solo incluía a los egipcios, sino a “todos los países”. Su generosidad era absoluta. Y, finalmente, cuando sus hermanos, los que lo arrojaron al pozo, los que lo vendieron, los que anunciaron su muerte, creyeron que él se vengaría por el mal que le habían hecho, José “se puso a llorar” y les dijo: “Por favor, no se aflijan ni se enojen con ustedes mismos por haberme vendido, pues Dios me mandó antes que a ustedes […] para salvarles la vida de una manera extraordinaria” (Génesis 45:2, 5, 7). Su amor era absoluto.
Lo que le funcionó a José hace tres mil quinientos años, y a Liddel hace casi cien, también puede funcionarte a ti hoy. Lo que realmente importa es que “en todo caso, lo mismo si comen, que si beben, que si hacen cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). Glorificar a Dios, ese es nuestro gran absoluto.

Tomado de Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco
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