miércoles, 3 de junio de 2009

LAS MENSAJERAS

¡Qué hermosos son, sobre los montes, los píes del que trae buenas nuevas; del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la salvación, del que dice a Sión: «Tu Dios reina»! (Isaías 52: 7).
El profeta Isaías habla de la bendición de ser llamados para anunciar las buenas noticias de salvación y el apóstol Pablo pregunta quién tendrá la autorización divina para predicar y quién será enviado a hacerlo (Rom. 10: 14 y 15). Las respuestas a estas dos preguntas están en Salmo 68: 11: «El Señor ha emitido la Palabra, y millares de mensajeras la proclaman». En el hebreo se utiliza la palabra mebasseroth. Esta palabra significa «anunciadoras», del verbo basar, «anunciar», «que se refiere a las mujeres que anunciaban [...] es probable que las mebasseroth fueran mujeres que celebraban con cantos los grandes acontecimientos, tales como el retorno de los ejércitos victoriosos» (Comentario bíblico adventista, t. 3, p. 800).
Tras el milagroso paso de los israelitas por el Mar Rojo, María y las demás mujeres tomaron panderos y con danzas anunciaron el portento (Éxo. 15: 20, 21). En 1 Samuel 18: 6, 7 las mujeres salieron con danzas y panderos a recibir al valiente David que había matado al gigante. A María Magdalena se le da la encomienda en Juan 20: 17, 18 que vaya con los demás a dar la noticia de la resurrección de Jesús.
Dios no detiene su obra de predicar el evangelio fijándose si el agente es un hombre o una mujer. El Señor mira solamente corazones dispuestos, humildes, accesibles y sensibles a sus llamados; es entonces cuando su poder se perfecciona, cuando su voz se deja oír y cuando él puede realizar sus milagros de redención.
Así como ante Dios somos iguales y con los mismos derechos como sus hijos e hijas amados, también tenemos las mismas responsabilidades y es nuestro deber encontrar la misión que debemos cumplir. ¿Encontraste la manera de ser una mensajera eficaz para Dios?
Zobeida Ham Cuevas
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor.

1 comentario:

  1. "Mi vida es mi mensaje" dijo Gandhi.
    La mejor manera de ser un mensajero de Dios es ser tan feliz como se pueda ser. Y entonces, a través de cada acto, Dios hablará.

    ¡Muchos saludos!

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