¿Hay acaso algo tan difícil que el Señor no pueda hacerlo? Génesis 18: 14
La situación de Lucile parecía desesperada. La biblioteca cerraría en una hora. No había manera de terminar las otras siete preguntas del examen. Entonces se sintió empujada a andar por los pasillos, entre los estantes. Se levantó de la silla y, al mismo tiempo que oraba, fue hacia allí. De repente, un libro cayó de uno de los estantes y quedó en el suelo. Lucile tomó el libro. No podía creer lo que veían sus ojos. Estaba abierto por la página que contenía la respuesta a una de las preguntas que le quedaban por responder. De todas partes empezaron a caer libros. De aquí y de allí. Lucile se apresuró a tomar un carrito y empezó a tomar los libros que habían quedado esparcidos y abiertos por la página exacta en que se encontraba la información que necesitaba. Los empleados de la biblioteca, al oír que los libros caían al suelo, acudieron al lugar. —¿Quién está arrojando los libros al suelo? -preguntaron. Lucile se limitó a sonreír y a seguir recogiéndolos. El lunes, cuando el profesor recogió los exámenes, Lucile era la única que había completado las diez preguntas. En la Biblia leemos las historias de las grandes cosas que Dios ha hecho por su pueblo; cosas como apartar las aguas del Mar Rojo, cerrar la boca de los leones y resucitar a los muertos. Pero cuando una dificultad se interpone en nuestro camino pensamos que Dios no puede hacer nada para sacarnos del lío en que nos encontramos. La historia le Lucile nos recuerda que Dios tiene la respuesta para todos nuestros problemas. Si le pedimos ayuda, él hará que tengamos éxito.
Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.
La situación de Lucile parecía desesperada. La biblioteca cerraría en una hora. No había manera de terminar las otras siete preguntas del examen. Entonces se sintió empujada a andar por los pasillos, entre los estantes. Se levantó de la silla y, al mismo tiempo que oraba, fue hacia allí. De repente, un libro cayó de uno de los estantes y quedó en el suelo. Lucile tomó el libro. No podía creer lo que veían sus ojos. Estaba abierto por la página que contenía la respuesta a una de las preguntas que le quedaban por responder. De todas partes empezaron a caer libros. De aquí y de allí. Lucile se apresuró a tomar un carrito y empezó a tomar los libros que habían quedado esparcidos y abiertos por la página exacta en que se encontraba la información que necesitaba. Los empleados de la biblioteca, al oír que los libros caían al suelo, acudieron al lugar. —¿Quién está arrojando los libros al suelo? -preguntaron. Lucile se limitó a sonreír y a seguir recogiéndolos. El lunes, cuando el profesor recogió los exámenes, Lucile era la única que había completado las diez preguntas. En la Biblia leemos las historias de las grandes cosas que Dios ha hecho por su pueblo; cosas como apartar las aguas del Mar Rojo, cerrar la boca de los leones y resucitar a los muertos. Pero cuando una dificultad se interpone en nuestro camino pensamos que Dios no puede hacer nada para sacarnos del lío en que nos encontramos. La historia le Lucile nos recuerda que Dios tiene la respuesta para todos nuestros problemas. Si le pedimos ayuda, él hará que tengamos éxito.
Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.
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