Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, Juan 3:16.
Necesitarás piezas de Lego o cubos para construir un muro, una cruz hecha con dos palitos, un círculo y un triángulo.
Tres personas forman a nuestro Dios: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Como este triángulo (muestre el triángulo).
Ahora bien, todos los seres humanos somos este círculo (muéstrelo). Antes de que Adán y Eva pecaran, Dios (muestre el triángulo) y ellos siempre estaban juntos (muestre el círculo y acérquelo al triangulo). Pero cuando desobedecieron a Dios, se formó una gran muralla llamada pecado, que los separó (construya la muralla que separe el círculo y el triángulo).
Cada vez que desobedecemos a nuestros padres, peleamos con nuestros hermanos, mentimos o agarramos algo que no es nuestro, la muralla se hace más grande (siga levantando el muro). Ese pecado nos separa de Dios.
Él no quería que existiera esa muralla, porque deseaba estar cerca de nosotros. Entonces Dios hizo algo para derribarla: Envió a su hijo Jesucristo, que murió crucificado (muestre la cruz), pues alguien tenía que recibir el castigo por nuestra desobediencia.
Gracias a la muerte de Jesús (coloque la cruz sobre la muralla y derríbela), podemos acercarnos nuevamente a Dios y estar juntos para siempre con él (ponga juntos el triángulo y el círculo).
¡El castigo por nuestros pecados costó mucho! ¡Solamente la muerte de Jesús en la cruz pudo derribar ese muro de separación entre Dios y nosotros! ¡Qué bueno fue Dios al dar a su hijo Jesús!
HABLA CON JESÚS
Gracias, Jesús, por derribar la muralla del pecado, quiero obedecerte siempre y estar contigo por la eternidad, amén.
Tomado de lecturas devocionales para preescolares 2017
¡PEQUEÑAS SONRISAS!
Por: Míriam Rodríguez Carrillo
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