Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios (1 Corintios 3:9).
Mientras hojeaba un catálogo de ropa, vi un par de remeras que me gustaron. Una tenía varios buhos posados en la rama de un árbol, todos en posición vertical, excepto uno que estaba colgado hacia abajo. La leyenda decía: "¡Nadie es perfecto!"
La segunda remera representaba un lugar de construcción, lleno de he-rramientas, andamios, y el cartel: "En construcción". La leyenda decía: "Ten paciencia conmigo por favor, estoy en construcción, Dios no me ha terminado todavía". No compré ninguna de las dos remeras; pero sus leyendas me impresionaron de tal forma que las recuerdo hasta el día de hoy.
Los dos últimos años hemos estado remodelando nuestra casa. Reparamos el techo, pusimos revestimientos de vinilo, agregamos una habitación cómoda para la familia y una galería cerrada a su lado. Remodelamos la cocina, hicimos un patio cerrado debajo de la habitación para la familia y construimos un garaje techado para dos autos.
Más adelante, le pondremos el piso a las partes del sótano que no están terminadas y pintaremos algunas paredes y les pondremos revestimientos decorativos a otras. Creo que toda casa o departamento, si se la mantiene en buen estado, requiere trabajo continuo.
Lo mismo ocurre en nuestro diario caminar con Dios. Siempre estamos "en construcción", y Dios es el diseñador y el constructor. Ya fuimos creadas a su imagen, pero él quiere que reflejemos su imagen más plenamente, quiere que seamos todo lo que podemos llegar a ser. Dios sabe que lleva tiempo y paciencia lograrlo. Por eso una de mis canciones favoritas es: "He's still working on me" [Aún obra en mí].
Me encanta contemplar desde el suelo los proyectos de construcción en progreso. Y es emocionante también ver cómo nosotras mismas y otras personas crecen espiritualmente.
Oremos para no ser severas ni criticonas con nuestro prójimo, quien como nosotras, está "en construcción" sino que podamos brindarle el amor, la paciencia y la comprensión que nos gustaría recibir si estuviéramos en su situación.
Mientras hojeaba un catálogo de ropa, vi un par de remeras que me gustaron. Una tenía varios buhos posados en la rama de un árbol, todos en posición vertical, excepto uno que estaba colgado hacia abajo. La leyenda decía: "¡Nadie es perfecto!"
La segunda remera representaba un lugar de construcción, lleno de he-rramientas, andamios, y el cartel: "En construcción". La leyenda decía: "Ten paciencia conmigo por favor, estoy en construcción, Dios no me ha terminado todavía". No compré ninguna de las dos remeras; pero sus leyendas me impresionaron de tal forma que las recuerdo hasta el día de hoy.
Los dos últimos años hemos estado remodelando nuestra casa. Reparamos el techo, pusimos revestimientos de vinilo, agregamos una habitación cómoda para la familia y una galería cerrada a su lado. Remodelamos la cocina, hicimos un patio cerrado debajo de la habitación para la familia y construimos un garaje techado para dos autos.
Más adelante, le pondremos el piso a las partes del sótano que no están terminadas y pintaremos algunas paredes y les pondremos revestimientos decorativos a otras. Creo que toda casa o departamento, si se la mantiene en buen estado, requiere trabajo continuo.
Lo mismo ocurre en nuestro diario caminar con Dios. Siempre estamos "en construcción", y Dios es el diseñador y el constructor. Ya fuimos creadas a su imagen, pero él quiere que reflejemos su imagen más plenamente, quiere que seamos todo lo que podemos llegar a ser. Dios sabe que lleva tiempo y paciencia lograrlo. Por eso una de mis canciones favoritas es: "He's still working on me" [Aún obra en mí].
Me encanta contemplar desde el suelo los proyectos de construcción en progreso. Y es emocionante también ver cómo nosotras mismas y otras personas crecen espiritualmente.
Oremos para no ser severas ni criticonas con nuestro prójimo, quien como nosotras, está "en construcción" sino que podamos brindarle el amor, la paciencia y la comprensión que nos gustaría recibir si estuviéramos en su situación.
Bonnie Moyers
Tomado de Meditaciones Matinales para la mujer
Mi Refugio
Autora: Ardis Dick Stenbkken
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Autora: Ardis Dick Stenbkken