«Si para tomar ustedes una ciudad tienen que sitiarla por mucho tiempo, no derriben sus árboles a golpe de hacha, pues necesitarán sus frutos como alimento» (Deuteronomio 20:19).
¿No es delicioso comerse una jugosa pera, una crujiente manzana, o una suculenta naranja de esas que derraman su jugo cuando las muerdes? ¿Alguna vez has comido frutas recién cortadas del árbol? ¡Es lo máximo!
Por eso Dios les pidió a los israelitas que no cortaran los árboles frutales cuando atacaran a sus enemigos. Él quería que ellos salvaran los árboles para que pudieran comer de sus frutos. Dios sabía que ellos necesitarían las vitaminas de las frutas, así como las necesitamos nosotros.
¿Sabías que Dios está interesado en cada aspecto de nuestra vida, incluso en lo que comemos? ¡Él nos ama de verdad! ¿Tienes alguna fruta en casa en este momento? Si tienes una, y tu mamá y tu papá te dan permiso, búscala, pélala, da gracias a Dios por las cosas deliciosas que él creó y disfrútala.
Dios se siente muy feliz cuando disfrutas de las cosas buenas que él te ha dado.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush