Lugar: Florida, EE. UU.
Palabra de Dios: 1 Juan 1:9
Si tan solo pudiera retirar las cosas que había dicho y hecho... Pero, era demasiado tarde. Su esposa lo había abandonado; se había ido a casa de sus padres. Con el corazón destrozado, Larry quería que su esposa volviera. "La llamaré y le pediré perdón", decidió. Levantando el teléfono, marcó el número de celular de su esposa. Pero, en lugar de oír su voz, escuchó un mensaje grabado que decía que ese número ya no estaba en servicio.
"Voy a ir a verla y hablaré con ella en persona", pensó. Manejó dos horas hasta la casa de sus suegros, pero ellos vivían en un barrio privado, y no lo dejaron entrar. Quizás unas flores podrían trasmitir su mensaje. Llamó al florista, y le pidió que entregara cinco docenas de rosas. Luego, se sentó a esperar, deseando tener alguna noticia de ella. Pero no recibió ni una palabra de su parte.
Larry se estaba desesperando cada vez más. ¡De alguna manera tenía que alcanzar a su esposa y decirle que lo lamentaba! Necesitaba del perdón de ella. Entonces, se le ocurrió una idea: contrataría un aviso clasificado en el diario. Llamó a la oficina del diario Florida Times-Union, y pidió un lugar destacado en los avisos. La gente del diario le dijo que el aviso le costaría 17 mil dólares.
Larry pagó el aviso, y mandó escribir las siguientes palabras para su esposa: "Por favor, cree en las palabras de mi carta. Son verdad y provienen de mi corazón. Solo espero que me des la oportunidad de probar mi amor infinito. La vida sin ti es vacía y sin sentido".
¿Perdonó la esposa a Larry? No lo sé. Pero, él pasó por muchas cosas intentando llamar su atención. Me alegra que Dios no sea así. No necesitamos mandar flores ni comprar un aviso de 17 mil dólares en el diario. "Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad".
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson
Palabra de Dios: 1 Juan 1:9
Si tan solo pudiera retirar las cosas que había dicho y hecho... Pero, era demasiado tarde. Su esposa lo había abandonado; se había ido a casa de sus padres. Con el corazón destrozado, Larry quería que su esposa volviera. "La llamaré y le pediré perdón", decidió. Levantando el teléfono, marcó el número de celular de su esposa. Pero, en lugar de oír su voz, escuchó un mensaje grabado que decía que ese número ya no estaba en servicio.
"Voy a ir a verla y hablaré con ella en persona", pensó. Manejó dos horas hasta la casa de sus suegros, pero ellos vivían en un barrio privado, y no lo dejaron entrar. Quizás unas flores podrían trasmitir su mensaje. Llamó al florista, y le pidió que entregara cinco docenas de rosas. Luego, se sentó a esperar, deseando tener alguna noticia de ella. Pero no recibió ni una palabra de su parte.
Larry se estaba desesperando cada vez más. ¡De alguna manera tenía que alcanzar a su esposa y decirle que lo lamentaba! Necesitaba del perdón de ella. Entonces, se le ocurrió una idea: contrataría un aviso clasificado en el diario. Llamó a la oficina del diario Florida Times-Union, y pidió un lugar destacado en los avisos. La gente del diario le dijo que el aviso le costaría 17 mil dólares.
Larry pagó el aviso, y mandó escribir las siguientes palabras para su esposa: "Por favor, cree en las palabras de mi carta. Son verdad y provienen de mi corazón. Solo espero que me des la oportunidad de probar mi amor infinito. La vida sin ti es vacía y sin sentido".
¿Perdonó la esposa a Larry? No lo sé. Pero, él pasó por muchas cosas intentando llamar su atención. Me alegra que Dios no sea así. No necesitamos mandar flores ni comprar un aviso de 17 mil dólares en el diario. "Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad".
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson