«Los que estaban escondidos para atacar la ciudad se habían puesto de acuerdo con los otros israelitas para avisarles con una gran columna de humo cuando hubieran tomado la ciudad» (Jueces 20:38).
Hemos llegado al lugar donde ocurrirá una batalla entre los israelitas y los descendientes de Benjamín. ¡Mira! Los hijos de Israel están enviando señales de humo para que el resto del ejército sepa que es el momento de pelear
¿De dónde sacan tanto humo? Alguien dijo que «donde hay humo, es porque hay fuego». Eso significa que aunque no veamos fuego, si hay humo es porque hay un fuego latente esperando para arder
Seguramente hemos visto alguna vez un afiche en un parque natural que hable sobre prevención de incendios. Cuando vamos a acampan debemos asegurarnos de no dejar nada encendido al marcharnos. Aunque no veamos arder ningún fuego, si hay humo, el fuego puede reavivarse.
La rabia es como una brasa que arde bajo la superficie. Si la mantienes guardada durante mucho tiempo, puede convertirse en un fuego abrasador No guardes eso en tu interior Habla de ello con Dios y cuéntale cómo te sientes. Si se lo permites, él puede sacar esa rabia de ti y evitar que se convierta en un fuego abrasador que puede consumirte a ti y a los que te aman.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush