Escogeos hoy a quien sirváis. (Josué 24:15)
«Mi sueño es que estudies Derecho». Solo por complacer a su abuela, aquel joven había decidido matricularse en la facultad de Derecho de la Universidad de Helsinki y graduarse con honores. Pero había algo que lo cautivaba mucho más que las leyes: la música. En una ocasión se sentía tan cansado de estudiar aquellos tediosos libros que los apartó a un lado y perdió uno de ellos. Poco después recibió la visita de su tío quien, al encontrar el libro, le preguntó: «¿Hay algo que te robe el interés por las leyes?». El joven le confesó que el sueño de su vida era ser un buen músico. Entonces el tío colocó en las manos de Jean Sibelius el violín que lo acompañaría día y noche. En el Himnario adventista se encuentra el himno «Cristo Señor», fragmento de una obra escrita por este músico titulada «Finlandia».
A veces nos sucede como a Sibelius y dejamos de entregamos a Dios porque otras personas tienen sueños diferentes para nuestras vidas. Recuerdo que a una de mis compañeras de clase le gustaba mucho mi iglesia, pero no la dejaban ir conmigo porque su mamá tenía planes muy distintos para ella. «Quiero que sea maestra, abogada, o médica», le decía aquella mujer a mi mamá cuando supo que yo invitaba a su hija a la iglesia. «Tu hija no podrá estudiar si sigue siendo adventista», añadía, y efectivamente yo no pude estudiar la carrera que quería por causa de mi fe, pero me siento feliz porque Dios cumple su propósito en mí, y esa, querida hermana, es la mejor carrera que podemos hacer en la vida.
¿Te sientes frustrada porque has perdido oportunidades por seguir a Cristo? Escoge hoy a quién quieres servir. Jesús nos advirtió que sus seguidores padecerían tribulación, pero también dijo que el que deje cosas materiales por seguirlo, recibirá cien veces más aquí en la tierra y al final la vida eterna. ¿Cuál es tu decisión? Escoge a quién vas a servir y hazlo con todo tu corazón, porque Dios te recompensará y podrás escuchar las palabras: «No temas, yo he vencido al mundo y estaré contigo siempre».
Escoger a Cristo es la carrera que proporciona mayor remuneración.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
«Mi sueño es que estudies Derecho». Solo por complacer a su abuela, aquel joven había decidido matricularse en la facultad de Derecho de la Universidad de Helsinki y graduarse con honores. Pero había algo que lo cautivaba mucho más que las leyes: la música. En una ocasión se sentía tan cansado de estudiar aquellos tediosos libros que los apartó a un lado y perdió uno de ellos. Poco después recibió la visita de su tío quien, al encontrar el libro, le preguntó: «¿Hay algo que te robe el interés por las leyes?». El joven le confesó que el sueño de su vida era ser un buen músico. Entonces el tío colocó en las manos de Jean Sibelius el violín que lo acompañaría día y noche. En el Himnario adventista se encuentra el himno «Cristo Señor», fragmento de una obra escrita por este músico titulada «Finlandia».
A veces nos sucede como a Sibelius y dejamos de entregamos a Dios porque otras personas tienen sueños diferentes para nuestras vidas. Recuerdo que a una de mis compañeras de clase le gustaba mucho mi iglesia, pero no la dejaban ir conmigo porque su mamá tenía planes muy distintos para ella. «Quiero que sea maestra, abogada, o médica», le decía aquella mujer a mi mamá cuando supo que yo invitaba a su hija a la iglesia. «Tu hija no podrá estudiar si sigue siendo adventista», añadía, y efectivamente yo no pude estudiar la carrera que quería por causa de mi fe, pero me siento feliz porque Dios cumple su propósito en mí, y esa, querida hermana, es la mejor carrera que podemos hacer en la vida.
¿Te sientes frustrada porque has perdido oportunidades por seguir a Cristo? Escoge hoy a quién quieres servir. Jesús nos advirtió que sus seguidores padecerían tribulación, pero también dijo que el que deje cosas materiales por seguirlo, recibirá cien veces más aquí en la tierra y al final la vida eterna. ¿Cuál es tu decisión? Escoge a quién vas a servir y hazlo con todo tu corazón, porque Dios te recompensará y podrás escuchar las palabras: «No temas, yo he vencido al mundo y estaré contigo siempre».
Escoger a Cristo es la carrera que proporciona mayor remuneración.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera