Lugar: Italia
Palabra de Dios: Efesios 2:10
La última vez que estuve en Venecia decidí subir a un bote y visitar la isla de Burano. Nos llevó unos cuarenta minutos llegar allí. Lo que encontré fue una antigua aldea de pescadores, con edificios y puentes de colores brillantes a lo largo de los canales. Pero, eso no era lo que había ido a ver. La isla es famosa por su encaje hecho a mano, y esa era la razón por la que fui.
Entre en uno de los edificios, para ver una demostración. Había algunas mujeres sentadas, haciendo encaje. Sus manos se movían con rapidez y habilidad. Cuando mire con más detenimiento, me sorprendió observar los intrincados diseños que estaban creando, ¡y todo a mano! No es asombroso que durante cientos de años se busque el encaje hecho en esta isla.
Si alguna vez vas a Italia, detente en Burano y observa cómo trabajan estas artesanas del encaje. Ellas saben lo que están haciendo, y ponen mucho tiempo y esfuerzo en su trabajo. Los productos terminados incluyen manteles, individuales, sabanas, carpetas, caminos de mesa y muchas cosas más. Y, por supuesto, puedes comprar los productos en los comercios a lo largo de la isla.
Cuando veo trabajos artesanales de buena calidad como, por ejemplo, el encaje de Burano, me recuerda un versículo de Efesios. En Lugar de encaje, el producto terminado es el pueblo de Dios, y el hábil artesano no es otro sino Dios mismo. Esto es lo que dice Pablo: «Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica».
Piensa tan solo en el tiempo y el esfuerzo que Dios invierte en nosotros. Piensa en lo hábil que él es. No hay nada mejor que ser hechura de Dios, y ese honor nos pertenece a ti y a mí.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson