Lugar: Alemania
Palabra de Dios: Lucas 17:13,15-19
Un tribunal alemán declaró culpable a un hombre y le ordenó que devolviera 21 mil dólares, que su esposa le había dado.
-El dinero es legalmente mío -reclamó el hombre-. Ella me lo regaló.
Si su esposa le había regalado el dinero, ¿por qué tenía que devolverlo? ¿Cuál era su crimen? La corte declaró que era su "flagrante ingratitud": no debería haber insultado a su esposa; al hacerlo, había perdido el derecho a quedarse con el dinero. El hombre debería haber sido más agradecido.
La Biblia cuenta la historia de cuando Jesús sanó a los 10 leprosos. Mientras él entraba en una aldea, los leprosos lo vieron y comenzaron a gritar: "-[Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!" No podían acercarse, porque su enfermedad era muy contagiosa.
Jesús les otorgó lo que pedían. Les indicó que fueran a presentarse delante de los sacerdotes, porque ellos eran quienes debían revisarlos, para saber si habían sido sanados. Mientras corrían por el camino, los leprosos comenzaron a darse cuenta de que su piel se veía mejor. Imagínense la emoción que habrán tenido.
La Biblia dice que "uno de ellos, al verse ya sano, regresó alabando a Dios a grandes voces. Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dio las gracias, no obstante que era samaritano.
"-¿Acaso no quedaron limpios los diez? –preguntó Jesús-. ¿Dónde están los otros nueve? ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? Levántate y vete - le dijo al hombre-; tu fe te ha sanado".
El leproso samaritano dio un buen ejemplo: volvió para dar gracias. Que no seas encontrado culpable de gran ingratitud. Tómate el tiempo para dar las gracias a Dios por las muchas cosas que él ha hecho por ti.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson