Lugar: Kansas, EE.UU.
Palabra de Dios: 1 Corintios 9:20-22, DHH
El apóstol Pablo señaló: "Cuando he estado entre los judíos me he vuelto como un judío, para ganarlos a ellos... Por otra parte, para ganar a los que no viven bajo la ley de Moisés, me he vuelto como uno de ellos... Cuando he estado con los que son débiles en la fe, me he vuelto débil como uno de ellos, para ganarlos también. Es decir, me he hecho igual a todos, para de alguna manera poder salvar a algunos".
Eso es lo que hizo John Hatfield cuando dirigía una serie de reuniones en el oeste de Kansas. Un vaquero apareció una noche, y alguien dijo al señor Hatfield que ese hombre tenía una pésima reputación y que nunca se convertiría. Cuando terminó la reunión de la noche, el señor Hatfield se acercó a saludar al hombre.
-No me hable de religión -dijo el hombre-. No le servirá de nada.
En lugar de desanimarse, el señor Hatfield comenzó a hablar de otra cosa.
-Me enteré de que le gusta cazar coyotes -dijo.
Se le iluminaron los ojos al vaquero, mientras hablaba de su pasatiempo favorito. Para sorpresa de él, el predicador le dijo:
-Me gustaría ir a cazar con usted.
Así que, al día siguiente, el señor Hatfield y el vaquero montaron sus caballos y partieron. El señor Hatfield no era ningún experto montando caballos, así que se aferró fuerte, para no caerse. Anduvieron casi cincuenta kilómetros ese día, y al señor Hatfield le dolían tanto las piernas que ni siquiera podía cruzarlas.
Pero, el señor Hatfield había hallado la manera de alcanzar el corazón del vaquero. Después de esa salida a cazar, el vaquero estaba más dispuesto a escuchar. Y, para sorpresa de todos, aceptó a Jesús como su Salvador.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson