«Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas temblorosas» (Isaías 35:3, NVI).
¿Alguna vez has estado muy nervioso o has visto a alguien que lo haya estado? Tal vez estaba nervioso por tener que pararse en frente de una multitud de personas. Seguramente estaba sudando y temblando. Tal vez sus rodillas estaban chocando una contra la otra. Nuestra mente hace que nuestro cuerpo haga cosas extrañas cuando estamos nerviosos.
¿Por qué algunas personas se pueden parar en frente de una multitud sin ponerse nerviosas y otras ni siquiera se atreven a pensarlo? Es algo que nuestra mente crea y que se llama preocupación. Pensamos en lo que ocurrirá si decimos algo indebido, si tropezamos y nos caemos o si hacemos algo tonto.
Dios no quiere que pasemos la vida preocupándonos por ese tipo de cosas. Él quiere que confiemos en él. Él es el único, como Isaías nos dice en el versículo de hoy, que puede ayudarnos a afirmar nuestras rodillas temblorosas.
Si te sientes preocupado por el día de hoy, o por el de mañana o por el siguiente, pon tu preocupación en las manos de Dios. Él creó el mundo y él puede ocuparse de tus preocupaciones. Confía en él y tus rodillas dejarán de temblar.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush