Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó (Génesis 1:27).
Seguramente en más de una ocasión has recibido respuestas de Dios a tus peticiones. Por supuesto, eso merece palabras de gratitud de nuestra parte. También al contemplar la creación divina nos llenamos de emoción ante la grandeza del Dios del universo. ¡Qué maravilla y qué perfección! Hace algún tiempo visité un lugar paradisíaco donde contemplé emocionada la hermosa creación de nuestro Dios. El arco iris, el paisaje arbolado, los peces de colores y las rebosantes flores.
¡Quedé maravillada al ver orquídeas con más de diez colores combinados! Todo lo que hay en el cielo, la tierra y debajo de ella habla de un Creador poderoso y omnisapiente. ¿Pero alguna vez has agradecido a Dios porque te creó y te dio la vida? Para ser sincera, yo nunca lo había hecho y es que siempre pensé que era una persona más en este mundo, alguien sin relevancia. Pero conforme han pasado los años me he dado cuenta que el amor del Señor hacia mí se ha manifestado de múltiples formas. ¡Qué gran privilegio ser a su imagen y semejanza! Cada una de nosotras es especial para Dios.
Si el pecado nos ha degradado y ha dejado cicatrices en nuestro cuerpo, aún así vivamos felices, esperando con fe que un día seremos transformadas, que nuestros cuerpos corruptibles serán sustituidos por incorruptibles y lo mortal será vestido de inmortalidad. El apóstol Pablo nos dice que seremos transformadas en un abrir y cerrar de ojos (1 Tes. 4: 16, 17). ¡Qué gran es¬peranza! Agradece hoy al Señor porque te formó de una manera especial, pa¬ra que su nombre sea glorificado en tu vida. Recuerda que eres valiosa ante sus ojos.
Seguramente en más de una ocasión has recibido respuestas de Dios a tus peticiones. Por supuesto, eso merece palabras de gratitud de nuestra parte. También al contemplar la creación divina nos llenamos de emoción ante la grandeza del Dios del universo. ¡Qué maravilla y qué perfección! Hace algún tiempo visité un lugar paradisíaco donde contemplé emocionada la hermosa creación de nuestro Dios. El arco iris, el paisaje arbolado, los peces de colores y las rebosantes flores.
¡Quedé maravillada al ver orquídeas con más de diez colores combinados! Todo lo que hay en el cielo, la tierra y debajo de ella habla de un Creador poderoso y omnisapiente. ¿Pero alguna vez has agradecido a Dios porque te creó y te dio la vida? Para ser sincera, yo nunca lo había hecho y es que siempre pensé que era una persona más en este mundo, alguien sin relevancia. Pero conforme han pasado los años me he dado cuenta que el amor del Señor hacia mí se ha manifestado de múltiples formas. ¡Qué gran privilegio ser a su imagen y semejanza! Cada una de nosotras es especial para Dios.
Si el pecado nos ha degradado y ha dejado cicatrices en nuestro cuerpo, aún así vivamos felices, esperando con fe que un día seremos transformadas, que nuestros cuerpos corruptibles serán sustituidos por incorruptibles y lo mortal será vestido de inmortalidad. El apóstol Pablo nos dice que seremos transformadas en un abrir y cerrar de ojos (1 Tes. 4: 16, 17). ¡Qué gran es¬peranza! Agradece hoy al Señor porque te formó de una manera especial, pa¬ra que su nombre sea glorificado en tu vida. Recuerda que eres valiosa ante sus ojos.
MabelAguirre de Twahirwa
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.