El entendido en la palabra hallará el bien; el que confía en Jehová es bienaventurado (Proverbios 16: 20)
Estudiando acerca de los depredadores encontré algunos datos interesantes. Se dice que cada especie tiene sus propias técnicas para cazar y alimentarse. Los guepardos, por ejemplo, llegan a alcanzar velocidades de más de 95 km/h, gracias a las cuales pueden cazar gacelas fácilmente. Por su parte los leones, que no son tan rápidos, tienden a agazaparse para abalanzarse sorpresivamente sobre su presa. Otros animales prefieren cazar en manadas, aunque al final se peleen entre sí para quedarse con la presa. Leyendo sobre estos interesantes métodos de supervivencia pensaba que mientras los animales se esfuerzan por satisfacer sus necesidades básicas y las de sus familias, nosotras a veces descuidamos nuestra nutrición emocional, educativa y espiritual.
El cuerpo humano cuenta con un mecanismo que nos mantiene al tanto de la necesidad de alimento físico, pero cabe hacerse la pregunta: ¿Estamos bien alimentadas en otros ámbitos como el espiritual? Por ejemplo, ¿cuánto tiempo dedicas a fortalecer tu sistema emocional, alimentándolo con buenos seminarios y materiales que te proporcionen una autoestima saludable? O, ¿cuánto tiempo dedicas a la lectura edificante e instructiva? Sobre todo, ¿qué haces con tu nutrición espiritual, que es la más importante, porque tiene consecuencias eternas?
El versículo de hoy afirma que atender la instrucción es beneficiarse con el bien que encierra. A veces dedicamos tiempo a alimentarnos física y emocionalmente con pura chatarra, y aparentemente nuestro sistema funciona bien, pero más temprano que tarde, al enfrentar las inclemencias de la vida, nuestra construcción se desvanecerá.
La segunda parte del versículo presenta el mayor tesoro que podemos obtener: la felicidad que proviene de la confianza en Dios. Pero, ¿cómo adquirir esa confianza? La Biblia nos dice que la fe se obtiene por medio de la Palabra de Dios. ¿Y cómo llega hasta nosotras? A través de la lectura, del estudio, dedicando tiempo a preparar banquetes espirituales. Si haces esto, tu vida será una fuerte torre construida sobre la Roca viva que es Jesús. Así podrás enfrentar los vendavales y permanecer firme.
La inteligencia sin sabiduría es como un baúl sin tesoro.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera