Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. (Génesis 28:16).
Cuando Jacob despertó de aquel sueño, lo primero que hizo fue reconocer la gracia divina que se había manifestado por amor a él en aquel sencillo lugar. Así es Dios, No importa el lugar, el momento ni las circunstancias, él se manifiesta en tu vida porque te ama.
La sociedad que ha ido formando el ser humano establece diferencias entre las personas; a unas las sitúa en la cima, mientras que otras no pueden ni siquiera atreverse a mirar a la cúspide. A unos se les da un trato exquisito, mientras para otros el pan de cada día es un «sálvese quien pueda». Pero Dios no es así. Él solo tiene hijos. Todos somos iguales a sus ojos. Esta es la primera enseñanza que presenta el versículo de hoy.
Jacob no era ningún santo, de hecho estaba huyendo porque había engañado a su padre y a su hermano. Llevaba una pesada carga de culpabilidad, se sentía sucio, rechazado por Dios, por su familia, y separado de su madre a quien amaba entrañablemente. Pero Dios no vio la suciedad de este hombre, no miró su pasado, sino su presente y su futuro, y esto fue lo que lo llevó a presentarse a Jacob y a prometerle su presencia.
¡Qué hermoso mensaje! Si estás llevando una pesada carga de culpabilidad, si piensas que todos, incluso Dios, te han abandonado, él vuelve a decirte que su presencia estará contigo aun cuando tú no lo sepas.
Sí, Dios está siempre ahí, pero ¿somos capaces de verlo? Es vital para nosotras que vivamos convencidas de la presencia de Jesús en nuestra vida. Cuando constantemente tenemos que tomar decisiones de trascendental importancia nos alienta saber que podemos contar con alguien que no comete errores y que nos guiará por el mejor sendero.
Hoy al mirar al pasado y ver de cuántas cosas me ha librado Dios y cuántas me ha enseñado, no puedo menos que expresar con gratitud: «El Señor ha estado conmigo, aunque yo no haya sido siempre consciente de ello». Nunca pierdas de vista que del cielo bajan y suben ángeles asegurándote la presencia de. Jesús en tu vida.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
Cuando Jacob despertó de aquel sueño, lo primero que hizo fue reconocer la gracia divina que se había manifestado por amor a él en aquel sencillo lugar. Así es Dios, No importa el lugar, el momento ni las circunstancias, él se manifiesta en tu vida porque te ama.
La sociedad que ha ido formando el ser humano establece diferencias entre las personas; a unas las sitúa en la cima, mientras que otras no pueden ni siquiera atreverse a mirar a la cúspide. A unos se les da un trato exquisito, mientras para otros el pan de cada día es un «sálvese quien pueda». Pero Dios no es así. Él solo tiene hijos. Todos somos iguales a sus ojos. Esta es la primera enseñanza que presenta el versículo de hoy.
Jacob no era ningún santo, de hecho estaba huyendo porque había engañado a su padre y a su hermano. Llevaba una pesada carga de culpabilidad, se sentía sucio, rechazado por Dios, por su familia, y separado de su madre a quien amaba entrañablemente. Pero Dios no vio la suciedad de este hombre, no miró su pasado, sino su presente y su futuro, y esto fue lo que lo llevó a presentarse a Jacob y a prometerle su presencia.
¡Qué hermoso mensaje! Si estás llevando una pesada carga de culpabilidad, si piensas que todos, incluso Dios, te han abandonado, él vuelve a decirte que su presencia estará contigo aun cuando tú no lo sepas.
Sí, Dios está siempre ahí, pero ¿somos capaces de verlo? Es vital para nosotras que vivamos convencidas de la presencia de Jesús en nuestra vida. Cuando constantemente tenemos que tomar decisiones de trascendental importancia nos alienta saber que podemos contar con alguien que no comete errores y que nos guiará por el mejor sendero.
Hoy al mirar al pasado y ver de cuántas cosas me ha librado Dios y cuántas me ha enseñado, no puedo menos que expresar con gratitud: «El Señor ha estado conmigo, aunque yo no haya sido siempre consciente de ello». Nunca pierdas de vista que del cielo bajan y suben ángeles asegurándote la presencia de. Jesús en tu vida.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera