«En ese mismo instante se cumplió la sentencia anunciada, y Nabucodonosor fue separado de la gente; comió hierba, como los bueyes, y el rocío empapó su cuerpo, hasta que el pelo y las uñas le crecieron como si fueran plumas y garras de águila» (Daniel 4:33).
¡Te dije que ese era el rey! Tú no me quieres creen pero es él. Mira sus uñas. El versículo dice que le crecieron como si fueran garras de águila. Hoy quiero hablarte de las garras de otra ave: el pájaro carpintero. ¿Alguna vez has visto a unos señores que trabajan subiéndose por los postes de electricidad con unas botas especiales? Bien, el pájaro carpintero puede hacer lo mismo pero sin necesidad de botas especiales, porque Dios le dio garras especiales. ¡Qué cualidad tan maravillosa!
Dios también te ha dado talentos a ti. Tal vez tocas muy bien un instrumento. Tal vez la escuela se te hace realmente fácil. Tal vez sabes construir cosas te mejor que los demás. Alégrate de que Dios te haya dado esos talentos, pero sobre todo, úsalos para él. Cuando te digan que eres talentoso, simplemente responde: «Jesús me hizo así». Utiliza tus talentos para dar a Dios toda la alabanza y llevar a otros a alabarlo también.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush