«A Israel le ha llegado el momento de nacer, pero es un hijo tan torpe que ni siquiera es capaz de colocarse en la debida posición para el parto» (Oseas 13: 13).
¿Sabías que tú le causaste a tu madre una gran cantidad de dolor? Es verdad. Cuando naciste, a tu mamá le dolió. Pero apenas tu mamá te vio se puso tan feliz que su dolor se esfumó. Bueno, casi. Si tienes un hermano o una hermana te parecerá extraño que tu mamá haya querido pasar por ese dolor más de una vez. Obviamente es porque los ama muchísimo.
Nuestro versículo de hoy habla de alguien que no es muy sabio. Ha tenido que aprender lecciones dolorosas, tanto como un parto, pero rápidamente se olvida del dolor y vuelve a meterse en problemas. Es fabuloso que tu mamá se haya olvidado del dolor que sintió cuando tú naciste, pero es terrible que nosotros nos olvidemos del dolor que nos pueden causar las experiencias difíciles de la vida.
Jesús quiere que aprendas de las lecciones difíciles. Él quiere que recuerdes los problemas que has experimentado para que no tengas que pasar de nuevo por ellos. Aprende bien las lecciones. No pases dos veces por el mismo dolor. Sé un niño sabio y vive una vida más feliz.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush