Mi ángel te guiará y te introducirá en la tierra de estos pueblos que voy a exterminar: tierra de amorreos, hititas, ferezeos, cañoneos, heveos y jebuseos (Éxodo 23:23).
Cierta noche en el hospital general de Reynosa, Tamaulipas, la doctora Soledad fue comisionada para trasladar un niño enfermo a Ciudad Victoria. Su amiga, Miriam, sabía que habían pasado 72 horas sin dormir, por ese motivo intentó desanimarla. Al no poder convencerla de no hacer este traslado, ella decidió acompañarla. Aquel viaje fue difícil: llovía copiosamente y en momentos el agua corría sobre la carretera. Finalmente pudieron entregar al paciente sin ningún riesgo. En Ciudad Victoria vivían familiares de Soledad así que invitó a Miriam para visitarlos. Después insistió en que debían regresar esa misma noche, y aunque Miriam trató de convencerla de quedarse, no pudo. Una hora después de haber iniciado el viaje de regreso a Reynosa sufrieron un terrible accidente. Soledad perdió la vida. Miriam estaba gravemente herida, imposibilitada para moverse y con dificultades para respirar, desesperada de tener a su lado a su mejor amiga, sin poder hacer nada por ella. La situación de Miriam empeoraba, pues perdía mucha sangre sin que nadie pudiese ayudarla. De pronto vio un ángel que le tomaba de la mano dándole paz. Dios envió a su ángel para darle seguridad de vida y para confortarla, pues tendría que estar ahí sin auxilio humano por más de dos horas. Cuando finalmente llegó la ayuda fue trasladada al hospital más cercano, en San Fernando, Tamaulipas. Sus amigos y familiares, al enterarse de la noticia, vinieron para brindarle su apoyo y oraron fervientemente. Finalmente se consiguió trasladarla a un hospital en Estados Unidos. Los médicos no podían explicar cómo seguía con vida, si había perdido tanta sangre, pero Miriam fue salva por su fe. Yo misma escribo mi historia y doy testimonio de que nuestro Dios es poderoso para salvarnos y cumplir sus propósitos para nuestra vida. No dudes nunca de su poder y de su gran amor por ti.
Cierta noche en el hospital general de Reynosa, Tamaulipas, la doctora Soledad fue comisionada para trasladar un niño enfermo a Ciudad Victoria. Su amiga, Miriam, sabía que habían pasado 72 horas sin dormir, por ese motivo intentó desanimarla. Al no poder convencerla de no hacer este traslado, ella decidió acompañarla. Aquel viaje fue difícil: llovía copiosamente y en momentos el agua corría sobre la carretera. Finalmente pudieron entregar al paciente sin ningún riesgo. En Ciudad Victoria vivían familiares de Soledad así que invitó a Miriam para visitarlos. Después insistió en que debían regresar esa misma noche, y aunque Miriam trató de convencerla de quedarse, no pudo. Una hora después de haber iniciado el viaje de regreso a Reynosa sufrieron un terrible accidente. Soledad perdió la vida. Miriam estaba gravemente herida, imposibilitada para moverse y con dificultades para respirar, desesperada de tener a su lado a su mejor amiga, sin poder hacer nada por ella. La situación de Miriam empeoraba, pues perdía mucha sangre sin que nadie pudiese ayudarla. De pronto vio un ángel que le tomaba de la mano dándole paz. Dios envió a su ángel para darle seguridad de vida y para confortarla, pues tendría que estar ahí sin auxilio humano por más de dos horas. Cuando finalmente llegó la ayuda fue trasladada al hospital más cercano, en San Fernando, Tamaulipas. Sus amigos y familiares, al enterarse de la noticia, vinieron para brindarle su apoyo y oraron fervientemente. Finalmente se consiguió trasladarla a un hospital en Estados Unidos. Los médicos no podían explicar cómo seguía con vida, si había perdido tanta sangre, pero Miriam fue salva por su fe. Yo misma escribo mi historia y doy testimonio de que nuestro Dios es poderoso para salvarnos y cumplir sus propósitos para nuestra vida. No dudes nunca de su poder y de su gran amor por ti.
Miriam Machado Dandeneau
Tomado de la Matutina manifestaciones de su amor
Tomado de la Matutina manifestaciones de su amor