Todos nosotros nos descarriamos coma ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargo en él el pecado de todos nosotros (Isaías 53:6).
¡Que hermoso mensaje! ¡Tu y yo, perdidas como ovejas indefensas ante el pecado, hemos sido rescatadas, porque para nuestro Salvador éramos sumamente importantes!
Cuando era adolescente, aprendí esta canción cristiana que hoy quiero compartir contigo, deseando que puedas sentir a través de su letra el gozo del toque divino: «Cuando con pesada carga / Cristo un día me hallo, / puso en mi sublime calma / y así mi vida entera cambio. / Desde que a Jesús yo vine / he sentido salvación. / Yo por siempre he de cantarle / y alabarte por su amor. / El toque de su mano / mi corazón llena de amor. / Algo hermoso siento yo. / ¡Oh, gloria, mi Cristo me salvo!».
Se cuenta que un hombre transitaba por un camino solitario y polvoriento. Cansado y sin esperanzas de recibir ayuda, cargando un pesado equipaje, de pronto vio que un vehículo se detenía a su lado. «¡Que suerte!», exclamo. E inmediatamente acepto la ayuda que se le brindaba. Al poco rato, el conductor observo que el hombre seguía con su carga a cuestas, así que le pregunto por qué no la dejaba a un lado. La respuesta del caminante fue: «Señor, usted ha sido tan generoso conmigo que no quiero abusar de su bondad. Prefiero seguir llevando mi carga, porque usted ya ha hecho bastante por mí».
Si, dan ganas de reírse pero ¿nunca te has descubierto a ti misma llevando la carga que Cristo ya llevo por ti? Tus pecados descansan ahora sobre los hombros de tu Salvador, así que no es necesario que sigas aferrándote a ellos y llevándolos sobre los tuyos para no molestar al Maestro. Cristo no solo quiere asumir tu pasado, tus errores tus fracasos y tu pecado, también quiere tocarte con su toque restaurador.
No dejes que pase la oportunidad. Sus manos de amor se acercan hoy a ti para decirte nuevamente: «Hija, yo te amo, morí por ti, y por eso estoy dispuesto a cargar con tu vida llena de problemas, enfermedades y tristezas. Solo déjame tocarte e inundarte con mi amor». ¿Le dejaras hacerlo?
El toque divino cambia cualquier vida con el bálsamo inigualable del amor.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
¡Que hermoso mensaje! ¡Tu y yo, perdidas como ovejas indefensas ante el pecado, hemos sido rescatadas, porque para nuestro Salvador éramos sumamente importantes!
Cuando era adolescente, aprendí esta canción cristiana que hoy quiero compartir contigo, deseando que puedas sentir a través de su letra el gozo del toque divino: «Cuando con pesada carga / Cristo un día me hallo, / puso en mi sublime calma / y así mi vida entera cambio. / Desde que a Jesús yo vine / he sentido salvación. / Yo por siempre he de cantarle / y alabarte por su amor. / El toque de su mano / mi corazón llena de amor. / Algo hermoso siento yo. / ¡Oh, gloria, mi Cristo me salvo!».
Se cuenta que un hombre transitaba por un camino solitario y polvoriento. Cansado y sin esperanzas de recibir ayuda, cargando un pesado equipaje, de pronto vio que un vehículo se detenía a su lado. «¡Que suerte!», exclamo. E inmediatamente acepto la ayuda que se le brindaba. Al poco rato, el conductor observo que el hombre seguía con su carga a cuestas, así que le pregunto por qué no la dejaba a un lado. La respuesta del caminante fue: «Señor, usted ha sido tan generoso conmigo que no quiero abusar de su bondad. Prefiero seguir llevando mi carga, porque usted ya ha hecho bastante por mí».
Si, dan ganas de reírse pero ¿nunca te has descubierto a ti misma llevando la carga que Cristo ya llevo por ti? Tus pecados descansan ahora sobre los hombros de tu Salvador, así que no es necesario que sigas aferrándote a ellos y llevándolos sobre los tuyos para no molestar al Maestro. Cristo no solo quiere asumir tu pasado, tus errores tus fracasos y tu pecado, también quiere tocarte con su toque restaurador.
No dejes que pase la oportunidad. Sus manos de amor se acercan hoy a ti para decirte nuevamente: «Hija, yo te amo, morí por ti, y por eso estoy dispuesto a cargar con tu vida llena de problemas, enfermedades y tristezas. Solo déjame tocarte e inundarte con mi amor». ¿Le dejaras hacerlo?
El toque divino cambia cualquier vida con el bálsamo inigualable del amor.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera