Lugar: Canadá
Palabra de Dios: Hechos 22:15
Algo parecía estar mal con uno de los cachorros Doberman. No se movía tanto como los otros, y cuando lo hacía, siempre se tropezaba con las cosas. Mientras su dueño observaba cuidadosamente la conducta del cachorro, se dio cuenta de que el animal estaba ciego.
A la cachorrita ciega la llamaron Emma. No parecía haber mucha esperanza para ella. ¿Cómo podría sobrevivir, sin poder ver? Probablemente, pasaría el resto de su vida sentada por allí.
Adelantemos el tiempo unos cuantos meses, y Emma está dando vueltas por la propiedad de sus dueños como si su vista fuera perfectamente normal; de hecho, nadie se daría cuenta de que nació ciega. No se tropieza ni se cae, ni se choca contra las cosas. Y parece hacer todo lo que hacen los demás perros. ¿Es posible? ¿Recuperó de alguna manera la vista?
La respuesta es Amy. Amy es otra Doberman. Las dos están siempre juntas. Una pequeña campana en el cuello de Amy guía a Emma. Emma sigue a Amy por todas partes. Por cuanto Amy es una guía tan buena, nadie se da cuenta de que Emma está ciega.
¿Qué pasaría si decidiéramos ayudar a otros de la misma manera? Podríamos guiar a Cristo a personas espiritualmente ciegas, ayudarlas a que no tropiecen en la oscuridad del mal. Ananías dijo al apóstol Pablo: "Tú... serás testigo [de Dios] ante toda persona de lo que has visto y oído". Y eso es lo que Dios espera que hagamos para él; él quiere que seamos sus testigos. Así que, piensa en lo que puedes hacer para ayudar a otros a aprender acerca de Dios.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson