«Cuando de pronto un viento del desierto vino y sacudió la casa por los cuatro costados, derrumbándola sobre tus hijos. Todos ellos murieron. Solo yo pude escapar para venir a avisarte» (Job 1:19).
¡Qué historia tan asombrosa está a la que hemos llegado hoy! Un viento del desierto vino y derrumbó la casa donde vivían los hijos de Job. Sin duda se trató de un viento muy fuerte.
¿Alguna vez has escuchado hablar de un ciclón? Un ciclón es una tormenta en espiral, como un tornado. Los ciclones ocurren cerca del Ecuador o la parte central de la tierra, y están compuestos básicamente de agua y viento que giran.
A pesar de que el viento puede ser poderoso y peligroso, hay Alguien que es mucho más poderoso que el viento. Su nombre es Jesús. Una noche en la que una poderosa tormenta golpeaba un bote, Jesús le ordenó al viento que dejara de soplar ¿Adivina qué? Los que estaban alrededor dijeron: «¿Quién será este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?» (Marcos 4:41).
Dios es ciertamente e Rey del universo. Él puede controlar los vientos más fuertes y también controlar tu vida. Entrégale hoy tu vida y él te ayudará a esquivar las tormentas que se te atraviesen.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush