Lugar: China
Palabra de Dios: Eclesiastés 7:14
De acuerdo con una fábula china, un anciano vivía cerca de los límites de su país. Un día, su caballo desapareció, y él salió en su búsqueda, hasta que alguien le contó que había visto al caballo del otro lado de la frontera. Los amigos y los vecinos del hombre llegaron para consolarlo.
-Está bien -dijo el anciano-, ¿Quién sabe? Quizá sea para bien.
Varios días más tarde, el hombre oyó ruido de caballos. Cuando salió, encontró que había vuelto el caballo que había escapado, trayendo consigo otro caballo. Los amigos y los vecinos del hombre acudieron a ver al caballo nuevo.
-Qué buena suerte -felicitaron al anciano.
El anciano dijo, sabiamente:
-Conseguí un nuevo caballo, pero no puedo decir que esto sea bueno o malo.
Un día, el hijo del anciano salió a cabalgar en el caballo nuevo. Se cayó, y se quebró la pierna. Una vez más, los amigos y los vecinos del anciano aparecieron, diciendo cuánto lamentaban esto tan terrible que había sucedido.
-Quizás, al final de todo, esto sea para bien -respondió el anciano.
Estalló la guerra, y las autoridades reclutaron a todos los hombres jóvenes para el ejército. Muchos fueron heridos o murieron en batalla.
Pero, el hijo del anciano no podía luchar en el ejército, a causa de su pierna quebrada. Así que, finalmente, esa pérdida se transformó en ganancia.
La Biblia dice: “Cuando te vengan buenos tiempos, disfrútalos; pero cuando te lleguen los malos, piensa que unos y otros son obra de Dios…” Por cuanto vivimos en un mundo pecaminoso, a veces nos ocurren cosas malas. Pero, no importa lo que suceda, Dios está en el control. Confía tu vida en sus manos, y él estará contigo en las buenas y en las malas.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson