Por ella subían y bajaban los ángeles de Dios (Génesis 28: 12).
Contaba el pastor Orley Ford, un pionero de la obra adventista en Centro y Sudamérica, historias asombrosas del cuidado protector de Dios mediante la obra de los ángeles. El pastor Ford y su esposa aceptaron el llamado del Señor en Pacific Union College y se comprometieron a servirle en cualquier parte del mundo al precio que fuera necesario. Su primer campo de trabajo fue una pequeña aldea de un país sudamericano. Había gran oposición de parte de la tribu indígena local a que el evangelio fuera predicado. Todos los días el cacique del lugar enviaba mensajes al pastor Ford amenazándolo de muerte si él insistía en evangelizar su aldea. El pastor no se intimidó y decidió empezar una semana de conferencias a las que invitó a todos los habitantes del pequeño pueblo. El líder de la tribu dominante le advirtió: «Si usted se para a hablar de su Dios, considérese hombre muerto». Empezaron las conferencias. El pastor expuso la Palabra de Dios de una manera sencilla pero convincente, y la gente cada vez mostraba más interés por ese Jesús que vino a dar amor y a morir por ellos. El último día de las conferencias el cacique y sus hombres llegaron hasta la casa del pastor exigiéndole que sacara a los soldados que tenía. El pastor les dijo que no tenía guardias, soldados u hombres que lo protegieran. El cacique insistió: «Sí los tiene, yo los vi, yo los he visto todas las noches: son hombres con trajes blancos de botones dorados que rodean la casa donde usted predica». El pastor Ford supo finalmente que todas las noches los ángeles del Señor hablan estado a su lado cumpliendo fielmente con su misión de cuidar, proteger y auxiliar no solo a él y su familia, sino a todos lo que tenían interés por escuchar la Palabra de Dios. De más está decirte que hoy, el país de donde surge esta experiencia es uno de los sitios más cristianos de América del Sur, donde miles entregan día a día su corazón a Jesús. Recuerda que aun en los momentos más inciertos de la vida, los ángeles del Señor te rodean, te cuidan y protegen. Gracias Señor, por manifestar tu amor a través del ministerio de los ángeles.
Contaba el pastor Orley Ford, un pionero de la obra adventista en Centro y Sudamérica, historias asombrosas del cuidado protector de Dios mediante la obra de los ángeles. El pastor Ford y su esposa aceptaron el llamado del Señor en Pacific Union College y se comprometieron a servirle en cualquier parte del mundo al precio que fuera necesario. Su primer campo de trabajo fue una pequeña aldea de un país sudamericano. Había gran oposición de parte de la tribu indígena local a que el evangelio fuera predicado. Todos los días el cacique del lugar enviaba mensajes al pastor Ford amenazándolo de muerte si él insistía en evangelizar su aldea. El pastor no se intimidó y decidió empezar una semana de conferencias a las que invitó a todos los habitantes del pequeño pueblo. El líder de la tribu dominante le advirtió: «Si usted se para a hablar de su Dios, considérese hombre muerto». Empezaron las conferencias. El pastor expuso la Palabra de Dios de una manera sencilla pero convincente, y la gente cada vez mostraba más interés por ese Jesús que vino a dar amor y a morir por ellos. El último día de las conferencias el cacique y sus hombres llegaron hasta la casa del pastor exigiéndole que sacara a los soldados que tenía. El pastor les dijo que no tenía guardias, soldados u hombres que lo protegieran. El cacique insistió: «Sí los tiene, yo los vi, yo los he visto todas las noches: son hombres con trajes blancos de botones dorados que rodean la casa donde usted predica». El pastor Ford supo finalmente que todas las noches los ángeles del Señor hablan estado a su lado cumpliendo fielmente con su misión de cuidar, proteger y auxiliar no solo a él y su familia, sino a todos lo que tenían interés por escuchar la Palabra de Dios. De más está decirte que hoy, el país de donde surge esta experiencia es uno de los sitios más cristianos de América del Sur, donde miles entregan día a día su corazón a Jesús. Recuerda que aun en los momentos más inciertos de la vida, los ángeles del Señor te rodean, te cuidan y protegen. Gracias Señor, por manifestar tu amor a través del ministerio de los ángeles.
Sandra Díaz Rayos
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor