«¡Cómo nos viene a la memoria el pescado que comíamos gratis en Egipto! Y también comíamos [...] cebollas» (Números 11:5).
Hoy vamos a continuar nuestra caminata por el jardín. Nos acercamos a unos vegetales con un aroma más bien fuerte. ¡Son cebollas! Tal vez no sabías esto, pero no todas las cebollas son ¡guales. Algunas tienen un sabor dulce y suave, mientras que otras son acidas y fuertes. Algunas no dejan ese olor ¿desagradable en la boca, mientras que otras hacen que la gente se aleje de ti. Algunas personas opinan que la cebolla le da un mejor sabor a las comidas, mientras que a otras no les gusta.
Tú también puedes ser como la cebolla. Cuando alguien hace algo que no te gusta, puedes comunicarle tu molestia de diferentes maneras. Si alguien está usando palabras inapropiadas, puedes decirle: «Oye, cierra la boca. No quiero escucharte más». O decirle de una manera más amigable: «Discúlpame, pero, ¿podrías por favor dejar de usar ese vocabulario desagradable?». Cuando decimos algo fuerte de una manera cordial estamos teniendo «tacto».
En cuanto a las cebollas, puedes comerte las que más te gusten. Pero en relación a la manera en que debes decir las cosas, sé una cebolla dulce y llena de tacto, y no una cebolla acida. ¡Eso hará que a todos les guste estar
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush