sábado, 9 de enero de 2016

ASÍ COMO NOÉ

Materiales: Imágenes de la lluvia y de barcos grandes, o ilustraciones del arca de Noé.

«Y Noé hizo todo tal como Dios se lo había ordenado». Génesis 6: 22

Hace muchos, muchos años, vivió un hombre llamado Noé. ¿Sabes quién era? Era un amigo de Dios, muy bueno y amable. Un día Dios le dijo: «Noé, construye un barco grande, porque va a llover mucho». Era raro, porque nunca, nunca antes había llovido. Ni una sola vez.
Noé no discutió con Dios. No dijo: «¡Ah, no! Dios, ¿para qué un barco? Aquí no llueve». Noé fue obediente.
Inmediatamente se puso a construir el gran barco, tal como Dios se lo había pedido. La gente se reía de él, porque en ese lugar nunca llovía. Ni sabían qué es la lluvia. Pero Noé no se detuvo. Noé continuó construyendo el gran barco. Gracias a ese barco logró salvar su vida y la de su familia cuando llegó la lluvia.
Noé fue muy obediente, hizo lo que Dios le ordenó, y construyó lo que hoy conocemos como el arca de Noé.
Tú puedes ser como Noé, pues tienes la oportunidad de obedecer a tus papas. Puedes hacer tu tarea, recoger tus juguetes, ayudar a mami en la cocina o simplemente responder rápido cuando alguien te llama.
Jesús quiere que seamos obedientes como lo fue Noé

Oremos: Querido Jesús, ayúdame a ser obediente como Noé.

Tomado de devoción matutina para niños pequeños 2016.
Pasito a pasito, Crezco y aprendo
¡Vive y crece sanamente!
Por: Kathy Hernández de Polanco

¡AIRE FRESCO!

Tu Oración: Gracias, Dios, por la mañana que me das.

Versículo para hoy: “Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre”. Salmos 103:1.

¡Hoy es un hermoso día! Dios te ama tanto que creó nuestro planeta y lo llenó de cosas bellas. Hoy, cuando te despertaste, seguramente estiraste los brazos y bostezaste; a lo mejor no querías levantarte de la cama. Pero, lo más hermoso de esta mañana, es que pudiste abrir tus ojos y respirar.
Cuando este mundo estaba vacío, y no había árboles, flores, animales, ni personas, Dios lo miró y pensó en todo lo que podía crear. Nuestro maravilloso Dios hizo el aire fresco para que nosotros pudiésemos respirar (mamá lectora: invita a tu niño o niña a que inhale y exhale). Y las plantas y los animales también necesitan aire para vivir.
¡Ya con el aire, el mundo estaba mucho mejor que al principio! Seguramente, Dios sonrió y pensó en ti, para que hoy, al levantarte de tu cama, pudieses respirar. Cada vez que despiertes, da gracias a Dios porque puedes respirar y admirar otra linda mañana.

Un poquito de ciencia
Piensa en todas las cosas que haces después de despertar en las mañanas hasta que llega la hora del desayuno. Anota en tu libreta de observaciones cuáles son tus favoritas.

Devoción matutina para niños pequeños 2016
Pequeños científicos de Dios
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

PAPÁ PERDIDO

Padre de huérfanos [..] es Dios… (Salmo 68:5).

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes –afirma el Señor… (Jeremías 29:11, NVI).

Eric miró el espacio en blanco en su certificado de nacimiento y trató de tragarse el dolor de su garganta: el lugar donde debía estar el nombre de su padre estaba vacío. Vacío, pensó, al igual que el asiento junto a mamá en mis juegos de básquet. Vacío como el lugar en su corazón y en el picnic de la iglesia por el Día del Padre. Eric se sentía molesto con su madre por el modo en que sus decisiones lo habían afectado; y estaba triste porque no tenía un padre del cual estar orgulloso o para hablar de “cosas de hombres”.
Dios, ¿cómo puedo saber quién soy yo, si ni siquiera sé quién es mi padre?, preguntaba Eric, mirando el certificado. Me siento como si yo fuera un gran error. ¿Lo soy?
Recientemente, la madre de Eric le había presentado a un hombre que, según le había dicho, podría ser su padre. El hombre estaba entusiasmado por conocer a Eric y le compró una patineta nueva. Eric no podía dejar de mirar al hombre fijamente, tratando de reconocer un pedazo de sí mismo en él. El test de paternidad probó que, después de todo, no era su padre. Eric estaba de pie en el pasillo del laboratorio apretando su patineta y tratando de contener las lágrimas de humillación y decepción.
-Está bien. No me importa -dijo Eric cuando su mamá le expresó lo apenada que estaba.
-Puedes quedarte con la patineta -dijo el hombre, tratando de ser gentil. Pero Eric no quería la patineta: quería un padre.

SPLASH:
“Pérez” nació en circunstancias embarazosas (Génesis 38), pero Dios tenía planes especiales para él. De los descendientes de “Pérez” vino no solamente la línea real de David, sino también la familia de Jesús, el Mesías (Mateo 1:1-16).

¿Y AHORA?
¿Qué circunstancia en tu vida te hace sentir mal o parece impedir que hagas algunas cosas especiales? ¿Has hablado con Dios al respecto?

Tomado de: Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler

EL PRECIO MÁS ALTO

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16.

El 28 de junio de 1914, un asesino le disparó al príncipe de la corona austríaca, Archiduque Fernando. Muchas personas ni siquiera sabían quién era el príncipe y no les hubiera importado de todos modos. Pero, ese único disparo comenzó la primera guerra mundial alguna vez librada en la historia de la humanidad. Cuando la última arma se dejó caer, más de diez millones de soldados habían muerto y las naciones involucradas habían gastado más de doscientos mil millones de dólares para matarse entre sí. El pecado de Adán y Eva sumergió al mundo entero en la tristeza, la desconfianza, el crimen, la enfermedad y la muerte. Hasta aquí, Satanás había tenido éxito. Dios rápidamente envió a ángeles para que bloquearan el camino hacia el árbol de la vida. El diablo no había contado con eso, y esperaba que Adán y Eva comieran de aquel árbol y fueran pecadores para siempre. Afortunadamente, Dios no lo permitiría.
Pero, aun con el árbol de la vida bien custodiado, había tristeza por todo el cielo. Los ángeles se dieron cuenta de que Adán y Eva estaban perdidos y que cada bebé que naciera a partir de ese momento estaría condenado a crecer en un mundo de miseria, sin escapatoria. La gente viviría vidas vacías, moriría, se la colocaría en un ataúd y se la bajaría al frío suelo para quedar allí para siempre. No podían pensar en esto sin que las lágrimas corrieran por sus rostros.
Cómo sacar a la familia humana fuera de esta trampa mortal era un gran problema. Pero, en medio de la tristeza que había en el cielo, un día Jesús llamó a todos los ángeles juntos para dar un gran anuncio, fra el más grande se que hqya hecho alguna vez. pon todos los ángeles escuchando atentamente, presentó el plan que él y su Padre habían acordado antes de la creación de la fierra, fra un plan que le daría al hombre una salida: un escape de una muerte certera y definitiva.
Una ovación poderosa, como el sonido de una cascada altísima, ascendió. Pero, cuando Jesús explicó los detalles, otra vez se quedaron muy callados. Jesús mismo tendría que bajar a la Tierra y morir, y no solo una muerte común, sino el tipo de muerte causada por la separación de Dios que tendría que experimentar el pecador. Esto era impensable para ellos. Las manos se levantaron por toda la reunión cuando los ángeles se ofrecían voluntariamente para ir en su lugar, pero Jesús explicó que era imposible. Dado que la Ley es tan sagrada como Dios mismo, el castigo por quebrantarla podía tomar solo la vida del Hijo de Dios. El pecado vino con un precio tan alto que costaría la vida de Jesús.

Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward

FRACTURAS CURADAS

El amor no es esencialmente una relación con una persona específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad. Erich Fromm

En una ocasión, un estudiante universitario le preguntó a la antro- póloga Margaret Mead cuál era, en su opinión, la evidencia de civilización más antigua en la cultura de la que estaban hablando en el aula. Lejos de responder que una vasija de barro, un anzuelo de pesca o un molino de piedra -como cabría esperar-, Mead afirmó que la primera muestra de civilización en aquella cultura era un fémur sanado. ¿Por qué una fractura de hueso sanada constituía una evidencia de civilización? Porque donde no existe civilización impera la supervivencia del más apto, pero un fémur roto y restablecido implica, en primer lugar, un acto inicial de compasión de parte de una persona hacia otra; y en segundo lugar, una serie de actos repetidos y sistemáticos de atención durante el proceso de curación: alguien tuvo que cazar por esa persona, alimentarla y atender sus necesidades básicas mientras ella no pudo valerse por sí misma. Está claro que, si no hubiera amor y compasión, tampoco habría fracturas curadas.
¿Cómo está nuestro historial de fracturas curadas? ¿Qué impera en nuestra vida, la propia supervivencia o beneficiar a los demás? ¿Qué evidencias se pueden rastrear en mi día a día que señalan inequívocamente que vivo bajo el principio del amor y la compasión? ¿Podrá el gran Antropólogo decir de mí, en el día final, que estos fueron los grandes motores de mi vida? Porque si no recuerdo mal, “cuando el Hijo del hombre venga, […] dirá a los que estén a su derecha: ‘Vengan ustedes, […] reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme. […] Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron’ ” (Mat. 25:31-40).
Así de sencilla es esta nuestra civilización cristiana. Así de sencillos pero significativos son los actos que la identifican. No parecen nada del otro mundo, pero al mismo tiempo lo son.

“Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mat. 22: 39).

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz

QUIERO SER…

“Sabemos que si le pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14).

Al salir de la iglesia, el niño miró a su madre y le preguntó:
-¿Puedo llegar a ser médico?
La tierna madre, cuya piel morena había sido bañada por el sol, puso las manos sobre los hombros del pequeño y le dijo:
-Si le pides algo al Señor y crees de todo corazón que lo hará, ¡así será!
-Creo que puedo llegar a ser médico -aseguró el niño.
-Entonces lo serás.
¿Podría ese niño llegar a hacer realidad su sueño? Le tocó vivir en una época en la que ser negro era casi un pecado. Se crió sin su papá. Su mamá llegó a tener hasta tres trabajos, lo cual le impedía pasar tiempo con él. La pobreza era su inseparable hermana. Todo parecía haberse alineado en su contra. Pero desde ese día en que su mamá le enseñó que “¡todo es posible para el que cree!” (Marcos 9:23), el niño, que apenas cursaba el quinto grado de primaria, comenzó a pedirle a Dios que le ayudara. Recordando aquella conversación, Ben Carson declaró: “Desde ese momento supe lo que quería hacer con mi vida” (Corre el riesgo, p. 76).
Ese niño no solo llegó a ser médico, sino que ¡es uno de los mejores neurocirujanos del mundo! A lo largo de su exitosa carrera Carson ha recibido numerosas distinciones, incluyendo más de cincuenta doctorados honoris causa. En 2000 fue nombrado por la cadena de televisión CNN y la revista Time como uno de los veinte mejores médicos y científicos de los Estados Unidos. Ese mismo año fue seleccionado por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos como una de las ochenta y nueve “Leyendas Vivientes” de la nación. En 2008 fue condecorado con la Medalla Presidencial de la Libertad, la más alta distinción civil que se otorga en los Estados Unidos.
Dios lo ha llevado a cumbres que Carson jamás pensó escalar. En su vida vemos el cumplimiento de esta promesa: “El ideal que Dios tiene para sus hijos está por encima del alcance del más elevado pensamiento humano” (La educación, cap. 1, p. 17). ¿Adonde quieres llegar? ¿Qué quieres ser en la vida? Si ya lo sabes, te invito a compartirlo en la etiqueta de hoy y a creer que con Jesús todo es posible.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco

UNA SEÑAL DE AMOR

“Ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirige: ‘Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo’ Hebreos 12:5,6

Sé de algunos que afirman haber repasado la Biblia y han contado más de sesenta relatos en los que Dios castigó al pueblo. No es de extrañar que la mentira de Satanás Dios es alguien a quien temer- sea tan popular. Después de todo, ¿quién quiere ser elegido por un Dios así? Quizá necesitemos meditar un poco más en el texto de hoy: “El Señor disciplina a los que ama”.
Karen y yo hemos sido bendecidos con dos hijos maravillosos: Kirk y Kristin. Cuando eran pequeños, me acuerdo de que los miraba directamente a sus grandes ojos y les explicaba los peligros de jugar en la carretera vecinal que había delante de casa. “Viene el auto y ¡pum!” Asi que la ley de nuestro reino minúsculo era que la carretera estaba prohibida.
Pero digamos que unos minutos después de esas instrucciones Kirk está jugando en medio de la calle prohibida. ¿Qué ha de hacer un padre? Salgo aprisa, agarro a mi niño firmemente por la mano, lo acompaño a casa y, siendo un papá condescendiente y misericordioso, vuelvo a explicar la ley de la carretera prohibida. “¿Entiendes?” Asiente con la cabeza en completo acuerdo.
Sin embargo, unos minutos más tarde está jugando en la calle otra vez. Aunque sigo siendo un padre condescendiente y misericordioso, te puedo asegurar que esta vez la historia tiene un final ligeramente diferente. Para mostrarle mi amor, ¡calentaré una parte de su anatomía para que la verdad se marque de forma candente en otra porción de su anatomía! ¿Por qué? Los padres sabemos que, si de verdad amas a tu hijo, la disciplina es parte integral de la demostración de ese amor.
¿Varía esta realidad cuando se trata de nuestro Progenitor divino? Cuenta todos los relatos que desees, la forma como entendemos la Biblia cambia cuando recordamos que Dios es nuestro Padre y nosotros sus hijos. Y elegidos por él como lo somos todos, ¿es tan ilógico darnos cuenta de que, para enseñarnos y moldearnos para nuestro destino previsto, permita que experimentemos algunas de las realidades dolorosas de la vida? No todo el tiempo, ni siquiera la mayor parte del tiempo. Pero hay, no obstante, ocasiones en que con su brazo rodeándonos nos conduce por el “valle de sombra” (Sal. 23). Si tan solo confiáramos en su amor, ¿habría alguna disciplina que no pudiéramos soportar mientras él estuviera con nosotros?

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016 
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson