viernes, 7 de octubre de 2011

EUNICE LA «TRIUNFADORA»

Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loaida y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. (2 Timoteo 1:5)

Timoteo llegó a ser el hijo espiritual de Pablo. El apóstol conocía a la familia de este joven, la cual, curiosamente, tenía ciertas similitudes con la suya propia. Siendo de padre griego y de madre israelita, Timoteo se perfilaba como el sucesor de Pablo. Su amor por la lectura inspirada, su devoción y dedicación al evangelio de Cristo, hacían de este joven discípulo un verdadero siervo de Dios.
Eunice, cuyo nombre significaba «la triunfadora» o «la victoriosa», daba un empuje emocional y espiritual a aquel niño que creció bajo la sabia enseñanza de dos mujeres: su abuela y su madre. ¡Cuán importante es el tiempo que dedican los abuelos a instruir a sus nietos! Ellos ya no se sienten estresados por los compromisos laborales, ni tienen tantas obligaciones sociales como cuando eran más jóvenes, por eso pueden establecer nuevas prioridades en la vida y dedicar mayor atención al cuidado de la familia. ¡Qué lástima que los padres estemos siempre tan ocupados que apenas podamos disfrutar de nuestros hijos! Siempre recuerdo que mis padres me decían: «Carga a tu bebé ahora, porque nunca más lo podrás hacer». Ciertamente el tiempo nos roba mucho más de lo que pensamos, y cuando nos damos cuenta ya se ha ido.
No desaproveches la oportunidad que Dios te da de ser una madre como Eunice, o una abuela como Loida. Tus hijos serán en gran medida el reflejo de tu dedicación y de tus oraciones. La fe combinada con las obras es recompensada por Dios. No podemos impedir que ellos tomen sus propias decisiones, así como Cristo no impidió que Judas tomara la suya, pero hasta el último momento su amor estuvo presente para recordarle que su sangre también sería derramada por él. No importa el camino que tomen tus hijos o tus nietos, sigue orando por ellos. El Espíritu Santo seguirá llamándolos, porque Dios los ama mucho más que tú. Para Dios un hijo es un tesoro inigualable.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

DESCANSO SAGRADO

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Éxodo 20:8.

Actualmente está en discusión en diversos círculos cristianos la interpretación literal de los tres primeros capítulos del Génesis. Por supuesto, quienes rechazan el relato bíblico de la creación del mundo y del hombre tampoco aceptan la santidad del sábado, pues en el cuarto mandamiento dado a Moisés, Dios se presenta como el Creador del universo (Éxo. 20:11).
El cuarto mandamiento procura ensalzar y elevar al Creador y Sustentador del universo, tanto de la vida animada como de la inanimada. Todo lo que existe es por su voluntad y su gracia, y el séptimo día consagrado a él tiene el propósito de recordarle al hombre quién es el Creador y quién la criatura, quién es el Adorado y quién el adorador.
Si bien durante muchos años en la Iglesia Adventista se hizo especial énfasis en lo que no se debe hacer en el día de reposo, personalmente prefiero destacar cuáles son las actividades que se deberían hacer en el tiempo sagrado.
En la Biblia podemos ver que el sábado es un día dedicado a la vida de la iglesia. Jesús tenía la costumbre de reunirse sábado tras sábado en la sinagoga para escuchar y predicar la Palabra de Dios (Lúe. 4:16). Igualmente, los apóstoles y el resto de la iglesia cristiana primitiva honraron el sábado dedicándolo a la adoración en el templo y en los hogares iglesia. De esta manera, tú puedes colaborar con las actividades de tu Escuela Sabática y la Sociedad de Jóvenes. Los jóvenes que se mantienen ocupados en estas labores, prácticamente no tienen problemas en guardar el sábado como Dios lo pide.
También es un día dedicado a actividades desinteresadas por los demás. Jesús realizó numerosos milagros de sanidad en sábado, y nosotros también podemos visitar y orar por los enfermos físicos, visitar a las personas que no se están congregando y llevar alimentos y ropa a la gente necesitada, con la esperanza de presentarles luego las verdades del evangelio. Disfrutar también de un retiro espiritual en contacto con la naturaleza y alabar a Dios con otros de la misma fe, son algunas opciones que nos ayudan a "recordar el día de reposo para santificarlo".
A lo largo de toda la Biblia, el único día de reposo separado por Dios para un uso sagrado es el sábado, y tú lo puedes disfrutar en la medida que cada semana te dispongas a encontrarte con tu Señor. No pierdas la oportunidad de congregarte y santificar ese día para quien te da la vida.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

¿QUÉ ES LA FE?

Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. 2 Pedro 1:4.

Miguel es joven y apuesto. Hijo de una buena familia, tiene todo lo que un joven, a su edad, necesita: casa, estudio, auto, amigos, libertad. Sus padres son de aquellos que confían en el hijo hasta el punto de dejarlo libre los fines de semana. Él sale cada sábado de noche con una chica diferente. En las fiestas, es el centro de las atenciones, el más conversador, el sueño de las chicas. Lo que nadie sabe es que Miguel lucha contra tendencias homosexuales. Él no quiere ser así; sabe que esa no es la voluntad de Dios. Miguel dice ser cristiano.
Otro caso. Claudio es casado, y tiene dos hijos. Es respetado y admirado en su trabajo; sus hijos se sienten orgullosos de él; su esposa sonríe de alegría por tener un esposo como él. Por donde Claudio va, las personas lo rodean y lo abrazan: es el fiel retrato del éxito. Pero, ese retrato no muestra a Claudio en la oscura madrugada. Amparado por las sombras, se transforma en un surfista de las ondas de Internet; esas ondas lo llevan a sitios pornográficos: es un enviciado. Y, no obstante, es un líder religioso.
¿Cuál es la semejanza entre Claudio y Miguel? ¿La vida paralela? ¿La intención de esconderse? ¿La vida en la penumbra? Puede ser. Pero, el versículo de hoy habla de una promesa: esta promesa es la que une a Claudio, a Miguel, a ti y a mí.
La promesa es: tú puedes ser partícipe de la naturaleza de Cristo, y libre de las corrupciones de este mundo. ¿Podemos lograrlo? Si preguntásemos a Claudio y a Miguel, dirían: ¡No veo cómo! ¡Ya lo intenté, ya luché, ya lloré; pasé noches en oración, ayuné. Y continúo siendo un pobre pecador!
Él verbo "dar", en el versículo de hoy, proviene del griego dedoretai. Es usado para destacar que recibes sin merecer, sin tener el derecho. Ser compañero de Cristo, y libre, es algo que no merecemos: lo recibimos solo porque lo aceptamos. \Aceptar es ejercer fe\
Claudio, Miguel, tú y yo: él nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegásemos a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo.

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón