«Así como el agua desgasta la piedra y las lluvias arrastran el polvo del suelo» (Job 14:19).
¿Alguna vez has ido en el automóvil con tus padres y de repente han visto que parte de la carretera ha desaparecido, o que un puente ha desaparecido? O tal vez caminando por el bosque has notado que un lado de la montaña ya no está. Todo eso se debe a la erosión.
La erosión es lo que el viento y el agua ocasionan en la tierra. A mí me encanta ir a la playa a recoger pequeñas piedras lisas y redondas que luego puedo hacer rebotar sobre la superficie de un lago o del mismo mar.
¿Sabes por qué esas piedras se han vuelto tan lisas? Por la erosión. A medida que las olas del mar llegar a la playa, lenta pero eficazmente van moldeando las piedras, las cuales se van puliendo y redondeando, con el paso de los años.
En el versículo de hoy Job está hablando del poder de Dios y de cómo este puede arrastrar con todo a su paso. Aunque esto suena fatal, es algo bueno. Dios puede tomar los aspectos más ásperos de nuestro carácter, pulirlos y transformarlos.
Deja que Jesús entre hoy en tu corazón. Él te moldeará y te pulirá como lo hace con los guijarros de la playa.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush