«Lo nutrió [a Jacob] [...] con natas y leche de la manada y del rebaño, y con cebados corderos y cabritos; con toros selectos de Basan y las mejores espigas del trigo» (Deuteronomio 32:13, 14, NVI).
¿Natas y leche? ¿Adónde hemos llegado hoy? Estamos en una granja israelita en la que hay corderos, cabritos y vacas. El versículo de hoy nos cuenta cómo cuidó Dios a Jacob cuando este huía de Esaú. Entre las cosas que Dios le dio estaban las natas y la leche. Si ordeñaras una cabra como lo hacían los israelitas, y dejaras reposar la leche un rato, verías pequeños grumos sólidos y gruesos subir hasta la superficie de la leche. Esa es la nata. La gente usaba esa nata para hacer queso y se tomaba la leche que quedaba. Esto no suena muy apetitoso pero eso era lo que hacían, y a ellos les parecía delicioso.
Así es, la nata sube hasta la superficie de la leche. A veces, y no sé por qué, a la gente le gusta decir cosas malas de nosotros. No dejes que la maldad de los demás te haga actuar también de mala manera. Sé siempre bondadoso y fiel a Jesús, y así como la nata de la leche de cabra llega hasta arriba, tú también llegarás alto. Serás un ejemplo para los demás, ¡y todos querrán llegar tan alto como tú!
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush