Mañana, tarde y noche clamo angustiado, y él me escucha. Salmos 55:17.
¿Cuándo comienza tu día? ¿En la tarde? Sin duda te has dado cuenta que la industria del entretenimiento, se consolida precisamente en los horarios vespertinos, especialmente cuando comienza la noche. Es «la hora pico» para la televisión. Después de un día de ocupaciones llegamos a casa y somos espectadores de noticieros nacionales, internacionales, deportivos, de los espectáculos; somos seducidos por los encuentros deportivos que tienen una programación anual verdaderamente cautivante; nos embelesamos con ciclos cuidadosamente planeados en las temporadas anuales de los diferentes deportes y encuentros mundiales en alguna época del año. ¡Cada año!
Esos son los hechos. ¿Alguna vez has pensado que formas parte de esta gran guerra cósmica entre el bien y el mal que se lleva a cabo en todo el universo pero concretamente en el escenario de nuestro mundo? ¿Has imaginado que es una lucha para capturar nuestro tiempo, atención y pensamientos? La vida nocturna se ha incrementado de modo que, si nos descuidamos, nos vamos a la cama a altas horas de la noche, sin haber dedicado tiempo a la reflexión y a la comunión con Dios. Te voy a hacer una propuesta: Comienza tu día al atardecer. Busca un tiempo especial para reflexionar acerca de las actividades de tu día de clases o trabajo. Tendrás sin duda muchas cosas que agradecer a Dios, y también muchas perplejidades que comunicarle para que te ayude a considerarlas dentro del plan y su voluntad para tu vida. Podrás, asimismo, acercarte con corazón contrito para buscar su perdón.
Entonces considera la «agenda» de responsabilidades para cuando termine la noche y amanezca y te introduzcas otra vez en el remolino de actividades, viajes, y tareas pendientes. Te pondrás en paz con Dios, pondrás en sus manos tus cargas y podrás dormir confiado. Cuando amanezca, como dice el texto de hoy, «de mañana», podrás dedicarte a Dios de acuerdo con la agenda considerada con él y salir a cumplir tus deberes. Y «a mediodía» tendrás el privilegio de comunicarte otra vez con él. Pruébalo hoy. Descubrirás un nuevo y fascinante horizonte en tu vida.
«La vida de Jesús era una vida de confianza constante, sostenida por una comunión continua; y su servicio para el cielo y la tierra fue sin fracaso ni vacilación». MJ 115.
Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna
¿Cuándo comienza tu día? ¿En la tarde? Sin duda te has dado cuenta que la industria del entretenimiento, se consolida precisamente en los horarios vespertinos, especialmente cuando comienza la noche. Es «la hora pico» para la televisión. Después de un día de ocupaciones llegamos a casa y somos espectadores de noticieros nacionales, internacionales, deportivos, de los espectáculos; somos seducidos por los encuentros deportivos que tienen una programación anual verdaderamente cautivante; nos embelesamos con ciclos cuidadosamente planeados en las temporadas anuales de los diferentes deportes y encuentros mundiales en alguna época del año. ¡Cada año!
Esos son los hechos. ¿Alguna vez has pensado que formas parte de esta gran guerra cósmica entre el bien y el mal que se lleva a cabo en todo el universo pero concretamente en el escenario de nuestro mundo? ¿Has imaginado que es una lucha para capturar nuestro tiempo, atención y pensamientos? La vida nocturna se ha incrementado de modo que, si nos descuidamos, nos vamos a la cama a altas horas de la noche, sin haber dedicado tiempo a la reflexión y a la comunión con Dios. Te voy a hacer una propuesta: Comienza tu día al atardecer. Busca un tiempo especial para reflexionar acerca de las actividades de tu día de clases o trabajo. Tendrás sin duda muchas cosas que agradecer a Dios, y también muchas perplejidades que comunicarle para que te ayude a considerarlas dentro del plan y su voluntad para tu vida. Podrás, asimismo, acercarte con corazón contrito para buscar su perdón.
Entonces considera la «agenda» de responsabilidades para cuando termine la noche y amanezca y te introduzcas otra vez en el remolino de actividades, viajes, y tareas pendientes. Te pondrás en paz con Dios, pondrás en sus manos tus cargas y podrás dormir confiado. Cuando amanezca, como dice el texto de hoy, «de mañana», podrás dedicarte a Dios de acuerdo con la agenda considerada con él y salir a cumplir tus deberes. Y «a mediodía» tendrás el privilegio de comunicarte otra vez con él. Pruébalo hoy. Descubrirás un nuevo y fascinante horizonte en tu vida.
«La vida de Jesús era una vida de confianza constante, sostenida por una comunión continua; y su servicio para el cielo y la tierra fue sin fracaso ni vacilación». MJ 115.
Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna