‘Apártate del mal, y haz el bien. Busca la paz, y síguela” (Salmo 34:14).
Ayer hablábamos de una guerra y hoy comentaremos sobre la paz. A veces, la vida es así. Dos onces de enero tuvieron que ver con la paz entre diferentes naciones del mundo. En 1947, Turquía y Jordania firmaron un pacto de amistad, y en 1954 se celebraron las primeras reuniones entre soviéticos y estadounidenses, sobre la prohibición de armas atómicas.
Dirás que, más allá de todos estos acuerdos y reuniones, el mundo continúa siendo un polvorín. Como decía Mafalda (la niña reflexiva de la historieta del dibujante argentino Quino), cada vez que se hace un llamado a la paz “da ocupado”.
Desde Génesis 14, las guerras son una realidad; cronológicamente, lo son desde Apocalipsis 12. Basta recorrer la historia de reinos y naciones para ver evidencias de que, tristemente, la trama humana está salpicada de sangre.
No obstante, existe la paz. En castellano, la palabra proviene del latín pax, relacionado con el verbo pacisci, “acordar” o “hacer un trato”. Así, luego de una conquista, los romanos establecían acuerdos con otros pueblos, mediante un pacto o un pago de tributos.
Este mundo pecaminoso muestra la imposibilidad de establecer la paz entre los países. Pero, la Biblia dice que podemos obtener la paz en Dios. ¿Cómo lograrlo?
– Apártate del mal: Este primer consejo está en nuestro versículo de hoy.
– Obedece su Ley: “Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo” (Sal. 119:165).
– Piensa en Dios y en las cosas celestiales: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado” (Isa. 26:3).
– Recíbela como un don de Dios: “Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo” (Juan 14:27, DHH).
– Confía en Jesús: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
– No te afanes por las cosas de este mundo: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Fil. 4:6,7).
Hoy puede ser un día histórico. Sigue estos consejos. Construye la paz. Busca sosiego. Adhiere a la concordia. Vive sin ansiedades. “La paz interior y una conciencia libre de ofensas a Dios despertará y vigorizará el intelecto como el rocío que cae sobre las tiernas plantas” (Elena de White, Mente, carácter y personalidad, t. 2, p. 695). PA
Tomado de lecturas devocionales para Jóvenes 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Por: Pablo Ale – Marcos Blanco
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