viernes, 21 de junio de 2013

CRISTO DE LOS ANDES

Lugar: Chile/Argentina
Palabra de Dios: Coloseases 3:15

En la cima del Paso de Uspallata, en la Cordillera de los Andes, se levanta una estatua de Jesús llamada el Cristo de los Andes. En una mano sostiene una cruz; la otra mano está levantada en bendición. La estatua señala el límite entre los países de Chile y Argentina, como recordativo de un acuerdo hecho entre ellos. Esto es lo que sucedió.
A comienzos del siglo XX, los dos países tenían una discusión por límites. "Esta tierra nos pertenece" decían ambos. Como sabrás, cuando dos países están en desacuerdo por territorio, eso generalmente significa problemas. Las naciones han peleado muchas guerras para arreglar temas así, y muchas personas han muerto en batalla.
Eso podría haber ocurrido entre las repúblicas de Argentina y Chile, pero los dos países decidieron resolver su desacuerdo de manera pacífica. Hicieron un tratado de paz y establecieron acuerdos de límites. Para conmemorar este evento, pidieron al escultor Mateo Alonso que esculpiera una estatua. Hasta los materiales utilizados fueron un símbolo del acuerdo de paz: derritió dos cañones y usó el metal para hacer la estatua.
Los dos gobiernos dedicaron la estatua el 13 de marzo de 1904. En 1937, agregaron una placa, con una inscripción que dice: "Se desplomarán primero estas montañas, antes de que argentinos y chilenos rompan la paz jurada a los pies del Cristo Redentor".
La Biblia dice: "Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo". ¿Te peleas con otros chicos en la escuela? ¿Discutes mucho con tu hermana y con tu hermano? Invita a Jesús a tu corazón, y esfuérzate por vivir en paz con los demás.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

EL SEÑOR ES MI PASTOR, ME GUÍA POR SENDAS DE JUSTICIA

Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará. Hará que tu justicia resplandezca como el alba; tu justa causa, como el sol de mediodía. Salmo 37:5-6.

La confusión parece ser la nota tónica en el mundo actual. A veces tengo la impresión de que los seres humanos caminan sin rumbo, sin propósitos, sin dirección. La confusión puede hacer presa de nosotros, sobre todo cuando muchas voces se alzan al mismo tiempo y aseguran indicar la senda correcta para una vida exitosa.
Los seres humanos, desprovistos de Dios, siempre irán errantes. La senda correcta, el camino seguro, la vía expedita para llegar a ser personas sanas y felices, únicamente se encuentra cuando marchamos junto a él. Son palabras de esperanza las que salen de los labios del Pastor, y que nos ayudan en la búsqueda de la senda de justicia: «Yo soy el camino, la verdad y la vida [...]. Nadie llega al Padre sino por mí» (Juan 14: 6). Ese es un camino trazado por sus pies sangrantes y lacerados mientras marchaba de camino al Calvario. Una senda fruto del sacrificio, el dolor, el sufrimiento y la negación personal. La única que nos da la oportunidad de no ser más vagabundos.
Amiga, ¿por dónde caminarás hoy? ¿Deseas trazar tu propio camino? ¿O andarás por la senda del sacrificio por la que anduvo Jesús? La osadía humana es tan asombrosa, que muchos están dispuestos a dejar la ruta segura para vagar por caminos inciertos y peligrosos. Tengamos cuidado, recordemos que: «Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte» (Prov. 14: 12).
Si hoy tus pies y tu mente se encuentran sin dirección, o van por la senda equivocada, regresa al rebaño y sigue las huellas que el Pastor va dejando con sus pies en el camino. Esas huellas son para que tú andes en ellas. La senda de justicia conlleva sacrificio, entrega, abnegación y servicio; estos son los únicos medios a través de los cuales podemos alcanzar grandeza y llegar a la realización personal.
Si por la gracia de Dios has permanecido en la senda junto al Pastor, y has aceptado su guía y su corrección, suplica por poder y sabiduría para continuar como vas. Honrarás el nombre de Dios y algún día él te honrará a ti.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

ANOSOGNOSIA - 2

Por eso te aconsejo que de mi compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista (Apocalipsis 3:18).

En la lectura anterior te hable de la señora Dodds y de otras personas que sufren anosognosia (negación de la enfermedad). A pesar de que es evidente que se encuentran paralizadas de un lado  de su cuerpo, creen firmemente que están bien y, por lo tanto, niegan su situación o buscan excusas para explicar la incapacidad como si fuera algo temporal.
Los investigadores han encontrado seis tipos básicos de estrategias que las personas enfermas de anosognosia usan para no reconocer su situación:
1. Negación. La persona niega abiertamente su parálisis. De hecho puede afirmar que puede ver su miembro paralizado moviéndose y realizando tareas.
2. Represión. Después de reconocer su parálisis, recurre a la negación de su situación. Al parecer, reprime el recuerdo de la parálisis y lo esconde en algún lugar de su memoria.
3. Reacción opuesta. Afirma exactamente lo contrario. Dice que su lado paralizado es real mente más fuerte que el otro.
4. Racionalización. Ofrece una razón o excusa para explicar su situación.
5. Humor. El paciente hace que los demás sonrían para desviar su atención de la situación en que se encuentra.
6. Proyección. La persona culpa a otros por su situación.
¿Te detuviste a pensar cuantas de nuestras excusas para entregarnos a Dios son realmente estrategias para negar el hecho de que lo necesitamos? Algunos afirman que no necesitan entregarse a Dios porque en realidad ya lo han hecho y están a bien con él. Otros aceptan temporalmente su necesidad, pero después la niegan abiertamente. Algunos que tienen problemas con la pornografía o la avaricia, por ejemplo, fustigan a otros por esos males y después adoptan actitudes extremas en cuanto a esas debilidades. Además, hay quienes presentan razones convincentes (para ellos, pero no para Dios) para no aceptar su situación. Algunos prefieren refugiarse en los chistes. El resto echa la culpa a otros por su situación. Mientras el orgulloso seguirá “pobre, ciego y desnudo” (Apoc. 3:17) con tal de no reconocer su situación, el humilde será colmado de riquezas y bendiciones espirituales por nuestro Padre amante.

Lo cierto es que no reconocer nuestros verdaderos problemas nos aleja de un arrepentimiento genuino y, por supuesto, de las soluciones oportunas. De ahí la importancia de ser sinceros en nuestra vida espiritual. ¿No crees que hoy es el momento de reconocer tu necesidad y buscar ayuda divina?

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

LAS VERDADERAS RIQUEZAS

Las zonas tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene dónde recostar su cabeza. Mateo 8:20.

Cristo vino a este mundo para vivir una vida de perfecta obediencia a las leyes del reino de Dios. El vino a elevar y ennoblecer a los seres humanos, para obrar en favor de ellos una justicia duradera. Vino como un medio a través del cual la verdad fuera impartida. En él se encuentran todas las excelencias necesarias para una perfección absoluta de carácter...
Cristo rindió su elevada autoridad en las cortes celestiales, y deponiendo su manto real y su corona de rey, vistió su divinidad con humanidad. Por nosotros se hizo pobre en riquezas y ventajas terrenales, para que los seres humanos pudieran ser ricos en el eterno peso de gloria. Tomó su lugar a la cabeza de la familia humana y consintió en soportar en lugar nuestro las pruebas y tentaciones que ha traído el pecado. Pudo haber venido en poder y gran gloria, escoltado por una multitud de ángeles celestiales. Pero no, él vino en humildad, de parentesco insignificante. Fue criado en una aldea desconocida y detestada. Vivió una vida de pobreza y a menudo sufrió privación y hambre. Hizo esto para demostrar que las riquezas terrenales y un rango elevado no aumentan el valor de las almas en la presencia de Dios. Él no nos ha dado indicio alguno de que las riquezas hagan que alguien sea merecedor de la vida eterna. Aquellos miembros de iglesia que tratan al hermano que se ha empobrecido como si fuese indigno de su atención no aprendieron tal cosa de Cristo...
Someterse al pecado es lo que trae gran infelicidad al alma. No es la pobreza sino la desobediencia la que disminuye nuestra esperanza de ganar la vida eterna, la que el Salvador vino a traernos. Las verdaderas riquezas, la verdadera paz, el verdadero contentamiento, la felicidad duradera, se encuentran únicamente en un sometimiento entero a Dios, en perfecta reconciliación con su voluntad.
Cristo vino a este mundo para vivir una vida de pureza inmaculada, para así mostrarles a los pecadores que, con su fuerza, ellos también pueden obedecer los santos preceptos de Dios, las leyes de su reino. Él vino a magnificar la ley y hacerla honrosa por medio de su conformidad perfecta a sus principios. Unió a la humanidad y a la divinidad, de manera que los seres humanos caídos puedan ser partícipes de la naturaleza divina y así escapar a la corrupción que existe en el mundo por la concupiscencia.
Fue del Padre que Cristo constantemente obtuvo el poder que le permitió mantener su vida libre de la mancha o suciedad del pecado.— Review and Herald, 4 de julio de 1912.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White