miércoles, 22 de junio de 2011

LA CENA

Cuando cayó la noche, se sentó a la mesa con los doce. (Mateo 26:20).

Todas conocemos el cuadro de Leonardo da Vinci donde el genial artista inmortalizó aquella noche en la que el Hijo de Dios se reunió por última vez con sus discípulos para compartir el pan y el vino. Conocida como «La última cena», esta pintura se ha ido deteriorando a lo largo de los años, aunque sigue siendo un monumento recordativo de aquel inigualable día.
Jesús, conociendo el futuro, había profetizado la traición que iba a sufrir. Había enseñado a sus confundidos discípulos la misión por la cual había dejado el cielo y se había convertido en ser humano. Al lavar los pies a aquellos que debían servirlo a él, no solo mostraba el inmenso amor que el cielo estaba derramando por la humanidad al rebajarse por aquellos que debían mostrarle adoración, sino que también dejó como legado para sus seguidores el verdadero espíritu que debe reinar en la congregación de sus hijos.
Me agrada pensar en aquel día en que, con mi vista, recorreré la mesa que reunirá a los redimidos de todas las edades durante la gran cena. Ya no será la última, sino la primera de un comienzo glorioso. No quedará en nuestros recuerdos como una pintura que necesita ser reparada por el efecto del paso de los años, sino que constantemente disfrutaremos de la presencia de aquel Jesús que ahora contemplamos débilmente, gracias a la mano de un artista.
En el fondo del cuadro de Da Vinci hay tres ventanas que se abren a un mundo que, ajeno a lo que ocurría en aquella habitación, continuaba su inalterable ritmo de vida. A través de aquellas ventanas, Jesús aún podía brindar luz a un oscurecido mundo sentenciado a muerte. Pero pronto se levantarían tres cruces y en una de ellas se consumaría la redención humana.
Alrededor de aquella mesa había varios hombres. Unos pensaban en el presente, que ofrecía liberación, fama y gloria. Otros permanecían atados a su pasado, atormentados por sus defectos de carácter. Y el dinero constituía el principal pensamiento de algunos. Si hubieras estado allí, ¿dónde hubiera estado tu corazón?
La primera cena en el cielo será el comienzo de una eternidad. ¿Estarás allí?

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

VACACIONES MISIONERAS

Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Lucas 10:2.

Una de las experiencias más impactantes que me tocó vivir fue la del colportaje. No fue una tarea fácil, pero sí muy enriquecedora. Durante cuatro veranos me interné en pequeños pueblos, busqué alojamiento en escuelas o en casas de familia, y dediqué mi tiempo a vender libros que contenían el mensaje de salvación.
Todavía recuerdo un hogar al que llegué. Ésa iba a ser la última casa por visitar, ya que el sol había declinado y estaba oscuro. Luego que me atendieron, me identifiqué como estudiante y brevemente relaté en qué consistía mi labor. Una vez en el hogar, los padres y un hijo atendieron cada palabra como si fuera la última que escucharían. Al terminar, después de comprar la colección de libros, la madre preguntó: "¿Cuándo van a establecer una iglesia adventista en este lugar? Desde hace mucho, vienen jóvenes como usted vendiendo literatura, pero en todos estos años jamás abrieron una iglesia. ¿Cuándo lo van a hacer?"
Yo no podía creer lo que estaba escuchando. ¡Que haya personas interesadas en que la Iglesia Adventista tenga presencia en su medio!
Y tú, ¿ya pensaste qué hacer en las próximas vacaciones? ¿Se te ocurrió dedicar ese tiempo para que otros conozcan al Salvador? Yo sé que, para muchos, dedicar las vacaciones al colportaje es un sacrificio muy grande, pero si lo comparas con el sacrificio que realizó Jesús al morir en la cruz por tus pecados, comprenderás que es casi insignificante.
Hay personas que jamás escucharán el evangelio a menos que un colportor llame a su puerta. Fíjate en esta cita: "Los libros alcanzarán a personas a quienes no se puede llegar de otra manera, personas que viven lejos de todo centro grande de población. Yo denomino a estos los oyentes de los vallados. A los tales nuestros colportores han de llevarles estos libros que contienen el mensaje de salvación" (El colportor evangélico, p. 59, la cursiva ha sido añadida).
Dios desea que tengas éxito académico y profesional, y al fortalecer tu salud espiritual serás bendecido en las otras áreas de tu vida. Al trabajar por otros te bendices a ti mismo, ya que cuando Jesús dijo: "Más bienaventurado es dar que recibir" (Hech. 20:35) no lo dijo pensando en el que recibe, sino en el que da. Las personas que viven en "lo último de la tierra" (Hech. 1:8) están esperando tu labor misionera. Anímate a dedicar unas vacaciones para Jesús.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

ENGAÑO

Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana. Daniel 8:25.

Sagacidad, astucia, engaño; armas mortales en las manos del enemigo de Dios. A fin de cuentas, él solo tiene dos maneras de llevarte a la destrucción: por la fuerza o por el engaño. La fuerza no le da mucho resultado: a lo largo de la historia, cada vez que ha usado la fuerza, el pueblo de Dios ha sido más fiel. En el dolor y la persecución, los hijos se vuelven al Padre en busca de protección.
Ya el engaño es un arma que le da buenos resultados. Te hace creer que el camino que sigues te lleva a la vida y, sin embargo, te conduce a la muerte. Disfraza la verdad, la camufla y te convence del error.
El versículo de hoy es una profecía que habla de las actividades del enemigo de Dios, disfrazado: "Con sagacidad hará prosperar el engaño en su mano". Aquí se habla de prosperidad, de aparente victoria. Llegará un momento, en la historia, en que el bien dará la impresión de haber sucumbido delante del mal. Las personas serán confundidas; llamarán al mal bien, y al bien, mal.
Al ver que multitudes lo siguen, la profecía añade que "su corazón se engrandecerá". Llegará al punto de pensar que es Dios, y reclamará la adoración de todos. Como esto no sucederá, porque siempre existirán personas fieles a la Palabra de Dios, "sin aviso destruirá a muchos", completa el profeta Daniel. ¿Puedes creer que, en el final de los tiempos, habrá gentes que serán perseguidas por no integrarse a la mayoría?
La única manera de ser "vacunados" contra el engaño es conocer la verdad. Y la verdad es la Palabra de Dios.
¿Qué harás con ella? ¿La guardarás en el estante de libros? ¿La colocarás en la sala, como una pieza de decoración? ¿O la abrirás, deseoso de conocer el plan que Dios tiene para ti?
Haz de este día, un día de estudio de la Biblia. El tiempo que empleas en tu devoción personal es una inversión para la vida eterna. No salgas sin la certidumbre de que el Señor Jesús va contigo. Y no te olvides: "Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón