«Esta es la ley respecto a cualquier tipo de infección cutánea» (Levítico 14:54).
¡Qué picazón! No puedo dejar de rascarme. Si alguna vez has participado en una caminata por la montaña, seguramente sabes lo que es que te pique algún insecto o que te salga una erupción por haber tocado alguna hierba venenosa. Según nuestro versículo de hoy, los israelitas también tenían esta clase de problemas.
Cuando un mosquito te pica o tocas una planta venenosa, recibes veneno en tu piel o dentro de ella. Ese veneno causa picazón. Al rascarte, la piel se pone roja y puede infectarse. Tu mamá y tu papá tal vez te han dicho que dejes de hacerlo, pero no es fácil dejar de rascarnos cuando algo causa tanta molestia. ¿verdad?
Hay cosas en la vida que también debemos dejar tranquilas y con las que no debemos meternos. Mentir es una de esas cosas. Decir una mentira pequeña nos lleva a otra, la cual lleva a otra, la cual lleva a otra. Lo mejor es no decir nunca la primera mentira. Así como debes ignorar la picazón y evitar rascarte, mantente alejado del engaño y nunca digas la primera mentira. Créeme, tu vida será mucho mejor le esa manera.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush