lunes, 16 de mayo de 2016

SÍ, YO IRÉ

«”¿A quién voy a enviar? ¿Quién será nuestro mensajero?” Yo respondí: “Aquí estoy yo, envíame a mí”». Isaías 6: 8

¿Recuerdas la historia que te conté ayer? El padre estaba triste porque su hijo no quiso ir a cuidar las plantas. Ahora te contaré la otra mitad de la historia. Cuando el primer hijo dijo que no iría, el padre le pidió a su otro hijo que fuera a cuidar las plantas. El segundo hijo respondió: «Yo iré». El papá se puso muy contento al escuchar esa respuesta.
Pero la Biblia dice que aunque el segundo hijo dijo que sí, no fue a cuidar las plantas. No obedeció a su padre. ¡Qué pena! No cumplió su palabra. ¿Sabes cómo se llaman las personas que dicen que van a hacer algo y luego no cumplen? Mentirosos.
Jesús espera que tú siempre ayudes a tus papas y que cumplas tu palabra. ¿Te gustaría hacer feliz a Jesús? Entonces, cuando tus padres te pidan hacer algo, di con todas tus fuerzas: «Sí, yo iré». Pero no solo lo digas, hazlo también.
Cuando te portas así, Jesús sonríe, así como el dibujo de esta página.

Oración: Papito Dios, ayúdame a cumplir mi palabra y a hacer felices a mis padres.

Tomado de devocionales para preescolares 2016
Pasito a pasito, Crezco y aprendo
¡Vive y crece sanamente!
Por: Kathy Hernández de Polanco
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¡ADELANTE!

Tu Oración: Gracias, Dios porque, al observar a las hormigas, aprendo lo importante que es el trabajo.

Versículo para hoy: “¡Anda perezoso, fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría!” Proverbios 6:6.

Atención! ¡en marcha! Seguramente has visto a las hormigas marchar en fila. Salen de su casa todas en una misma dirección. Son insectos muy bien organizados. Cada hormiga tiene una tarea específica. Hay hormigas que se encargan de recolectar provisiones para el hormiguero; otras son las constructoras que se encargan de hacer el hormiguero más grande, mientras que hay hormigas encargadas de su mantenimiento. Algunas hormigas son soldados y defienden el hormiguero de cualquier insecto que quiera meterse. Otras hormigas son las guías. Cada una tiene un trabajo que hacer. Hay mucho que aprender de ellas.
En los hormigueros viven todas las hormigas juntas y trabajan en equipo para servir a la reina.
Ella es la fundadora de la colonia de hormigas y mamá de todas, por eso las hormigas obreras la protegen y alimentan. La hormiga reina es la única que pone huevos. Cuando se abren nacen las hormigas, pueden tener alas o no. Las que no tienen alas son obreras y las que sí tienen alas son las reinas; tendrán que irse a fundar su propia familia.

Un poquito de ciencia
Toma tu libreta de observaciones y busca un hormiguero o una fila de hormigas afuera de tu casa. Obsérvalas durante un rato y dibuja lo que averigües sobre las actividades de estos trabajadores insectos.

Tomado de Devoción matutina para niños pequeños 2016
Pequeños científicos de Dios
Por: Cesia Alvarado Zemleduch
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QUE NO CUNDA EL PÁNICO

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Salmo 34:7.

Asustado por el enojo del Rey, David huyó a unas pocas millas de allí, a Nob, donde estaba el Tabernáculo. Ahimelec, el sumo sacerdote, vio la ansiedad escrita en el rostro de David y supo que algo andaba mal. Perplejo, preguntó sobre la misión de David. En su temor, David perdió su sostén en Dios y entró en pánico. “El rey me ha enviado en un asunto secreto”, mintió.
Muchos piensan que mentir es la única manera de manejar algunas situaciones. Pero, eso no necesariamente es verdad. Dios tiene miles de maneras de cuidar a sus hjjos si realmente creen en su habilidad para cuidar de ellos.
David le pidió al sumo sacerdote algo de comida, y lo único disponible en ese momento era el pan sagrado de la proposición, que era solo para que los sacerdotes comieran en el Lugar santo.
Luego, David vio a Doeg, el principal de los pastores de Saúl, quien había ido al Tabernáculo para cumplir sus promesas. Cuando David lo vio, se le paralizó el corazón. Era mejor era irse, ¿no? Pero, entonces, David recordó que se había olvidado de traer algún arma consigo. ¿Habría algo que Ahimelec le podría prestar? Sí. La única cosa que andaba por allí era la espada de Goliat, que había sido envuelta y guardada como una pieza de museo.
“No hay otra como esta”, gritó David. “Dámela”.
Corriendo tan rápido como pudo para estar lejos de los hombres de Saúl, David, imprudentemente, se volvió al enemigo de Israel por ayuda. Con los pulmones ardientes y una mente que temporariamente se había olvidado de Dios, corrió a la ciudad donde Goliat solía vivir. Cuando golpeó la puerta de la ciudad para entrar, los siervos del rey Aquis, rey de Gat, le recordaron al monarca que este era David, el que había matado a tantos filisteos.
Ahora el fugitivo estaba realmente asustado. El terror se apoderó de él, y pretendió estar loco. Golpeando la puerta con sus puños mientras babeaba por toda su barba, David actuó como un lunático. Aquis no quería a un hombre loco en los alrededores, así que David se fue apresuradamente.
Poco después, escribió sobre la bondad de Dios para con él aun cuando cometió estos dos errores en Nob y Gat. El texto de hoy fue escrito por un hombre que tuvo que aprender por el camino duro a confiar antes de que cundiera el pánico.

Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward
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UN SANTO DE NACIMIENTO

Actuemos con decencia, como en pleno día. No andemos en banquetes y borracheras, ni en inmoralidades y vicios, ni en discordias y envidias (Romanos 13:13, DHH).

En los primeros tiempos del cristianismo, un joven llamado Agustín se crió en la ciudad de Tagaste, en el norte de África. A la edad de 17 años, Agustín, que tenía una madre cristiana y un padre pagano, salió de su casa para ir a la escuela. Como muchos jóvenes que salen de casa por primera vez, disfrutó de una gran cantidad de fiestas salvajes y encontró una novia en la ciudad de Cartago. Durante aquellos años, las creencias cristianas de su madre estaban muy alejadas de su mente.
Pero su madre, Ménica, nunca dejó de orar por él. Años más tarde, cuando Agustín se trasladó a Italia para comenzar en un nuevo trabajo y encontrar una esposa, su madre se fue con él. Ella todavía oraba para que algún día él entregase su vida a Dios.
Un día, Agustín se sintió impresionado al tomar su Biblia y comenzar a leerla. Leyó Romanos 13:13 y fue alcanzado por su mensaje: “Andemos como de día, honestamente”. Decidió abandonar la vida que había llevado hasta ese momento y convertirse al cristianismo. Después de su bautismo, regresó a su casa, en África, junto a su madre. Lamentablemente, la madre de Agustín murió mientras él realizaba ese viaje. Pero, ella murió sabiendo que sus largos años de oración por su hijo habían recibido finalmente una respuesta. Agustín se convirtió en uno de los más famosos y destacados escritores y maestros de la primitiva iglesia cristiana.

¿Y AHORA?
¿Por quién estás orando? ¿Cómo podemos seguir adelante incluso aunque parezca que Dios está tomando mucho tiempo para respondernos?

SPLASH:
La ciudad de Cartago, donde Agustín fue a estudiar, podría haber sido en el pasado un centro para sacrificio de niños. Algunos historiadores creen que, en algún momento, hasta quinientos niños fueron sacrificados para “apaciguar a los diosesSin embargo, otros historiadores creen que esto nunca sucedió.

Tomado de Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler
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JESÚS VERSUS PILATO

La iglesia es la única sociedad que existe para aquellos que no son miembros de ella. William Temple

Solo podemos tener dos actitudes frente al mundo agonizante que nos rodea: la de Pilato o la de Jesús. Pilato, quien podía haber hecho algo a favor de un inocente injustamente acusado, endureció su corazón contra un clamor justo. A pesar de haberse dado cuenta de que “habían entregado [a Jesús] por envidia” (Mat. 27:18), “se lavó las manos delante de todos, diciendo: ‘Yo no soy responsable de la muerte de este hombre’ ” (Mat. 27:24). Si Pilato era o no responsable es discutible, pero lo que no es discutible es su actitud ante quienes piden ayuda: lavarse las manos, mostrar indiferencia, dar la espalda; para descubrir, pasado el tiempo, que la culpa no desaparece con el agua.
La otra actitud es la de Jesús: el compromiso total. Ensuciamos las manos. Mirar el dolor que nos rodea y mostrar que nos importa. Dar la cara a quien pide ayuda, amarlo con la convicción de que Dios nos ha llamado a hacerlo. Porque Dios “hizo cielo, tierra y mar, y todo lo que hay en ellos. El siempre mantiene su palabra. Hace justicia a los oprimidos y da de comer a los hambrientos. El Señor da libertad a los presos; el Señor devuelve la vista a los ciegos; el Señor levanta a los caídos; el Señor ama a los hombres honrados; el Señor protege a los extranjeros y sostiene a los huérfanos y a las viudas” (Sal. 146:6-9). La máxima prueba de ello es la vida y la muerte de Jesús.
Tú y yo somos guardianas de la creación, y “la creación entera se queja y sufre como una mujer con dolores de parto” (Rom. 8:22). ¿Ignoraremos los quejidos que nos rodean para seguir practicando una religión cómoda, sintiéndonos protegidas tras las paredes de una iglesia? Jesús, el enviado del Cielo, tomó como propio nuestro dolor; nos mostró su amor alimentando al hambriento, haciéndose amigo del marginado, oponiéndose a la injusticia, sirviendo a los demás y cargando sobre sí mismo nuestros pecados; y cuando estaba a punto del volver al Padre nos dijo: “Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes” (Juan 20:21). Por tanto, “ve y haz tú lo mismo” (Luc. 10:37).

“Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes” (Juan 20:21).

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
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¿LE PREGUNTARÁS A JONÁS?

“Jonás pasó tres días y tres noches dentro del pez” (Jonás 1:17).

El pastor se le acerca a una niña de su iglesia y le pregunta:
-¿Qué tienes debajo de tu brazo?
-Un libro que habla de la historia de Jonás y la ballena -contestó la pequeña.
-Ah, qué bien. ¿Y tú te crees esa historia que dice que Jonás estuvo tres días dentro de una ballena?
-Por supuesto que la creo.
-¿De verdad crees que un hombre puede durar todo ese tiempo en el vientre de una ballena y luego salir de allí como si nada?
– ¡Sí, lo creo, porque esa historia está en la Biblia!
-¿Podrías probarme que esa historia es cierta? -le preguntó el pastor.
La niña quedó pensativa por un momento, y luego le dijo:
-Ahora no puedo probárselo, pero le prometo que cuando llegue al cielo buscaré a Jonás, le preguntaré y entonces podré demostrarle que la historia era cierta.
El pastor no se daba por vencido y otra vez la cuestionó:
-¿Y si cuando vayas al cielo Jonás no está allí?
-En ese caso creo que tendrá que preguntárselo usted mismo.
Aunque este diálogo es humorístico, no deja de enseñar una terrible realidad: Dudar de la fiabilidad histórica de los relatos bíblicos es un boleto sin escala para pasarte la eternidad en cualquier otro lugar que no sea el cielo. Debo aclararte que el texto original no dice “ballena”, sino “gran pez”. De hecho, no conozco ninguna versión bíblica que haya traducido como “ballena” la expresión dag gadol. La “ballena” no es más que un gesto de creatividad de parte de las maestras para que los más pequeños entiendan la historia, puesto que para ellos la ballena resulta una excelente candidata para haber sido el “gran pez” que se tragó a Jonás.
En cuanto a la historicidad del relato no olvides que en Mateo 12:40 Jesús consideró la experiencia de Jonás como un hecho verídico y la comparó con su propia muerte y resurrección. ¿Crees en la muerte y en la resurrección de Cristo? ¡Entonces tienes que creer en la experiencia de Jonás, a menos que no quieras estar en el cielo!

Tomado de Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco
#VisitaMiMuro #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaJovenes #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian #SePuedeConfiarenlaBiblia

EL SISTEMA DE CASTAS


“No haré ahora acepción de personas”. Job 32:21

Me encontraba rodeado de fieles en el imponente, florido y colorido templo hindú de Madurai, en la India. Intentando impregnarme de las vistas, los sonidos y los olores con los que estaba tan poco familiarizado, me dejé llevar por el río de humanidad. Pero cuando estábamos entrando al santuario interior, carteles en la pared y señales realizadas por los clérigos dejaron claro que yo no había de proseguir más allá. Solo continuaron los iniciados de la casta debida. Asombra, ¿verdad? Aunque no seamos hindúes, ¿vivimos también con un sistema tácito pero nada sutil de castas -juicios arbitrarios con los que (aun inconscientemente) clasificamos a las personas en pulcras (o no tan pulcras) casillas marcadas “superior” o “inferior”-?
La formación o su carencia pueden crear castas. Algunas personas confunden sus logros académicos con superioridad personal o intelectual (e insisten en que su titulación sea objeto de reconocimiento), olvidando al brillante Dios-hombre que nunca tuvo formación académica. La situación económica sucumbe rápidamente al pensamiento de casta. Sin embargo, dado el cautivador precedente de Dios haciéndose pobre hasta lo sumo por salvar a gente como tú y yo, ¿cómo podría la riqueza personal ser vez alguna un barómetro preciso del valor personal? La posición (en la iglesia o en la comunidad) puede atrofiarse en un valor de casta. Los dignatarios de la época de Jesús oraban con voces de vitral, pero la parábola de Jesús del fariseo y el publicano expuso penosamente la verdad de que estar situado y acomodado no significa que vuelvas a casa desde la iglesia habiendo sido declarado recto ante Dios. Las opiniones personales pueden llegar a ser candidatas a casta. Las congregaciones que, literalmente, se han dividido por diferencias de preferencia de culto (“Tú adora a Dios a tu manera, ¡y yo lo adoraré a la suya!”) revelan cuán destructivamente potente puede llegar a ser la preferencia personal. Y, ¿qué decir de nuestro sutil sistema de castas de diferencias teológicas? ¿Se supone que hemos de amar a las personas que difieran de nosotros teológicamente, o publicaremos y promoveremos nuestras críticas y nuestros juicios, enviándolos directamente por correo o, al menos, por correo electrónico, a cuantas direcciones podamos encontrar?
Seamos sinceros: el enemigo de la imparcialidad ha ideado un catálogo interminable de maneras y de muros para dividirnos diabólicamente. “Que se vayan a otro sitio; ¡no los necesitamos aquí!” Pero es que sí los necesitamos, exclaman tanto Santiago como Jesús. La ley regia, el undécimo mandamiento y el Calvario lo dejan perfectamente de manifiesto: Los brazos extendidos de Dios son para todos, y también nosotros hemos de serlo. Lo que hace de la oración de Eliú la acertada para los elegidos, ¿no crees?
“Señor, que no haga, te ruego, acepción de personas”. Amén.

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson
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