El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? (S.Lucas 16:10,11).
Casi setenta damas estaban reunidas alrededor de la piscina, en el patio trasero de mi casa, para el evento anual femenino, con el propósito de levantar fondos para las misiones. Las damas de la iglesia y sus amigas disfrutaban de la magia bajo un cielo lleno de estrellas. El entretenimiento incluía un grupo polinesio, que las divertía con sus costumbres tradicionales y otras actuaciones.
Antes de cerrar el programa, mostré un Power point con los proyectos de la misión realizados anteriormente. Cada año, como resultado de las generosas donaciones, obteníamos 1.500 dólares para financiar nuestros proyectos. Este año no fue la excepción; la oferta superaba los 1.600 dólares. Alabamos a Dios por abrir los corazones de esas damas hacia las misiones.
Puse el dinero en mi escritorio, dentro de un sobre con la inscripción: "Fondos para las misiones: 1.609 dólares en cheques y efectivo". Cuando llegó el momento de llevar el dinero al tesorero de la iglesia, lo puse junto con otras cosas que necesitaba para realizar algunos trámites ese mismo día, y borré el tema de mi mente. El dinero pronto estaría financiando proyectos en diferentes partes del mundo: campañas de alfabetización para mujeres de la India, láminas bíblicas de paño para escuelas sabáticas necesitadas en el Brasil, un refugio para las niñas de Kenya.
Cuatro días más tarde, escuché que alguien golpeaba a mi puerta. Era el cartero, que tenía en sus manos un sobre con la inscripción: "Fondos para las misiones: 1.609 dólares". Mi mente comenzó a dar vueltas. ¿Qué hacía él con el sobre que era para el tesorero de la iglesia? Él explicó que lo habían puesto en la casilla de correo hacía algunos días; no estaba seguro de a cuál casa pertenecía, ¡pero pensó que podría ser la mía!
Le agradecí inmensamente al cartero mientras abrazaba el sobre contra mi pecho. Dios había protegido nuestro dinero por medio de un hombre honesto. El versículo de hoy nos asegura que el que es fiel en lo muy poco también en lo más es fiel. Examinemos nuestra fidelidad el día de hoy, así Dios podrá confiarnos asuntos más grandes en la vida.
Casi setenta damas estaban reunidas alrededor de la piscina, en el patio trasero de mi casa, para el evento anual femenino, con el propósito de levantar fondos para las misiones. Las damas de la iglesia y sus amigas disfrutaban de la magia bajo un cielo lleno de estrellas. El entretenimiento incluía un grupo polinesio, que las divertía con sus costumbres tradicionales y otras actuaciones.
Antes de cerrar el programa, mostré un Power point con los proyectos de la misión realizados anteriormente. Cada año, como resultado de las generosas donaciones, obteníamos 1.500 dólares para financiar nuestros proyectos. Este año no fue la excepción; la oferta superaba los 1.600 dólares. Alabamos a Dios por abrir los corazones de esas damas hacia las misiones.
Puse el dinero en mi escritorio, dentro de un sobre con la inscripción: "Fondos para las misiones: 1.609 dólares en cheques y efectivo". Cuando llegó el momento de llevar el dinero al tesorero de la iglesia, lo puse junto con otras cosas que necesitaba para realizar algunos trámites ese mismo día, y borré el tema de mi mente. El dinero pronto estaría financiando proyectos en diferentes partes del mundo: campañas de alfabetización para mujeres de la India, láminas bíblicas de paño para escuelas sabáticas necesitadas en el Brasil, un refugio para las niñas de Kenya.
Cuatro días más tarde, escuché que alguien golpeaba a mi puerta. Era el cartero, que tenía en sus manos un sobre con la inscripción: "Fondos para las misiones: 1.609 dólares". Mi mente comenzó a dar vueltas. ¿Qué hacía él con el sobre que era para el tesorero de la iglesia? Él explicó que lo habían puesto en la casilla de correo hacía algunos días; no estaba seguro de a cuál casa pertenecía, ¡pero pensó que podría ser la mía!
Le agradecí inmensamente al cartero mientras abrazaba el sobre contra mi pecho. Dios había protegido nuestro dinero por medio de un hombre honesto. El versículo de hoy nos asegura que el que es fiel en lo muy poco también en lo más es fiel. Examinemos nuestra fidelidad el día de hoy, así Dios podrá confiarnos asuntos más grandes en la vida.
Nancy Van Pelt
Tomado de Meditaciones Matinales para la mujer
Mi Refugio
Autora: Ardis Dick Stenbkken
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Autora: Ardis Dick Stenbkken