«No critiques al rey ni siquiera con el pensamiento. No hables mal del rico, aunque estés a solas, porque las aves vuelan y pueden ir a contárselo» (Eclesiastés 10:20).
Imagina que estás caminando en un hermoso día de verano, bajo el cielo azul y con el suave soplo de la brisa. De repente se oye el fuerte graznido de un arrendajo azul. Sin duda el arrendajo azul es una de las aves más hermosas que existen, pero su belleza se desvanece cuando abre su ruidoso pico. Su sonido se puede escuchar por todo el vecindario.
¿Sabías que algunas personas son como el arrendajo azul? Interrumpen las conversaciones de los demás; o se saben la vida de todo el mundo y después la andan vociferando por todo el vecindario, la escuela o la iglesia. A estos últimos se los conoce como chismosos. El chisme es muy dañino, porque hace sentir mal a los demás y a veces causa discusiones y conflictos.
Ora por aquellos que hacen daño mediante el chisme, y ora también por ti. Pídele a Dios que no seas como el arrendajo azul, que no metas tus narices en los asuntos de los demás para después contar a todo el mundo lo que has escuchado. El chisme es malo, jamás lo pongas en práctica y ayuda a los demás a que tampoco lo hagan.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush