Tu Oración: Gracias, Dios porque, gracias al aire, además de respirar, puedo volar.
Versículo para hoy: “Alaben al Señor, todas sus obras en todos los ámbitos de su dominio”. Salmos 103:22.
Sabías que los aviones no pueden sostenerse en el aire sin la ayuda del propio viento? Durante el experimento de hoy vas a poder observar por qué los aviones no se caen.
Un poquito de ciencia
Consigue dos globos redondos de unos 23 centímetros, tijeras de punta redonda, hilo y una regla. Infla los globos y trata que queden del mismo tamaño. Corta dos trozos de hilo que midan 30 centímetros más o menos. Ata los globos con esos hilos y pégalos al borde de la mesa, de modo que cuelguen hacia abajo y queden separados uno del otro por más o menos 15 centímetros.
Sopla tan fuerte como puedas entre los globos. Verás que se moverán el uno hacia el otro.
El aire puede moverse rápido o lento. Cuando se mueve lento, empuja con más fuerza los objetos a nuestro alrededor. Los globos se movieron uno hacia el otro porque el aire entre ellos iba más rápido que el aire que pasaba rodeándolos.
Los ingenieros aeronáuticos descubrieron esto, así que construyeron las alas de los aviones con forma curva. Entonces, el aire que pasa por debajo de las alas termina moviéndose más lento que el aire que va por arriba, y por eso las empuja desde abajo y las levanta (junto con el avión).
Dibuja en tu libreta de observaciones el movimiento que tuvieron los globos.
Devoción matutina para niños pequeños 2016
Pequeños científicos de Dios
Por: Cesia Alvarado Zemleduch