viernes, 20 de enero de 2017

EL SEGUNDO DÍA: EL CIELO Y EL MAR

Dios dijo: «Que haya una bóveda que separe las aguas, para que estas queden separadas», Génesis 1:6.

Necesitarás una hoja de papel, lápices de colores y algodón.
En el segundo día de la creación, Dios separó las aguas. Una parte del agua la colocó en forma de nubes arriba en el cielo, y la otra la colocó en forma de mar.
El cielo es como un techo en el que podemos observar las estrellas y otros planetas. Existe un sinfín de mundos que Dios creó; el hombre ni siquiera se imagina cuántos son.
Dios desea que cuidemos nuestro planeta. Podemos, por ejemplo, colocar la basura en su lugar, no cortar los árboles para que el aire se mantenga limpio, y mantener limpia nuestra casa y sus alrededores.
Con la ayuda de tus papás, dibuja un número 2 grandote que cubra la mayor parte de una hoja de papel. Luego, a un lado del número, dibuja en la parte de abajo unas olas del mar y coloréalas de azul. En la parte de arriba dibuja unas nubes y coloca copos de algodón sobre ellas.
Cada vez que veas tu maqueta, recuerda que en el segundo día, Dios hizo el cielo, las nubes y el mar.

HABLA CON JESÚS
Gracias, Jesús, porque pusiste las nubes en el cielo para que tengamos la lluvia que refresca la tierra, y también por los mares que tienen muchas plantas y animales hermosos que embellecen nuestro planeta. Amén.

Tomado de lecturas devocionales para preescolares 2017
¡PEQUEÑAS SONRISAS!
Por: Míriam Rodríguez Carrillo 
#PequeñaSonrisas  #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaPreescolares #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

CUIDADO CON EL ESPEJO

“Recordando aquellas palabras del Señor Jesús: ‘Hay más dicha en dar que en recibir'” (Hech. 20:35).

Había una vez un hombre muy rico, a quien no le gustaba nada tener que compartir sus cosas con nadie. Era comerciante y se sentía especial, mejor que el resto. Un día, este hombre rico fue a visitar a un anciano sabio porque quería pedirle consejo para, además de ser rico, aparentar ser sabio.
En cuanto lo vio llegar, el anciano sabio condujo al hombre de nuestra historia ante una ventana. Entonces le dijo:
-Mira a través de este vidrio y dime qué ves.
-Veo gente -contestó el hombre rico.
Luego, el anciano sabio lo condujo ante un espejo, y le preguntó:
-¿Qué ves ahora?
-Ahora me veo a mí mismo -le contestó al instante el rico comerciante.
-He ahí, amigo, una gran lección que debes aprender para ser sabio -añadió entonces el anciano-. En la ventana, al igual que en el espejo, hay un vidrio. Pero ocurre que el vidrio del espejo está cubierto con un poquito de plata, y en cuanto hay un poco de plata de por medio, mucha gente deja de ver a los demás y solo se ve a sí misma. Si quieres ser un hombre rico de verdad, deja dé mirarte a ti mismo a través de los vidrios del dinero, el prestigio y el poder. Y comienza a mirar el mundo a través de un vidrio transparente, que te muestre las realidades de la vida tales como son. Entonces, actúa en función de lo que ves.
A nuestro alrededor, hay personas con las que nos cruzamos todos los días cuando vamos a la escuela, al conservatorio, a jugar al fútbol, a pasear o a la iglesia… Algunas necesitan de nuestra ayuda o nuestra amistad. Pero nosotros, pendientes de nosotros mismos, no les prestamos atención. Esa es una actitud prepotente. Jesús no fue así. Jesús vivió para los demás, y nos pide que hagamos lo mismo. Para eso, dejemos de mirarnos al espejo y prestemos atención a los demás. Aunque parezca mentira, eso nos hará más felices que vivir encerrados en nosotros mismos. ¿No me crees? Ponlo a prueba hoy.

Tomado de lecturas devocionales para Menores 2017
¡SALTA!
Por: Patricia Navarro 
#Salta #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMenores #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

MIRAR HACIA ARRIBA

“Como a Moisés se le cansaban los brazos, […] Aarón y Hur le sostuvieron los brazos, uno de un lado y el otro del otro. De esta manera los brazos de Moisés se mantuvieron firmes hasta que el sol se puso” (Éxodo 17:12).

Nuestro polvoriento jeep se sacudía a través del desierto mientras nos dirigíamos a la región montañosa del Sinaí, en Egipto. De repente, nos detuvimos. Estábamos en un estrecho valle con muros de roca de no más de 150 metros de separación a nuestro alrededor. Randall Younker, nuestro arqueólogo guía, hizo una señal para que nos bajáramos y nos uniéramos a él. “Este es el valle de la antigua región de Refidim”, dijo. Por nuestras perplejas expresiones, parecía que nos estuviera hablando en árabe. “Como ustedes saben, ese fue el lugar donde los israelitas pelearon contra los amalecitas mientras Moisés sostenía sus brazos en alto para ayudarles a ganar”. Repentinamente, toda aquella historia vino a nuestras mentes.
El libro de Éxodo registra que los israelitas fueron atacados por los amalecitas y combatieron durante todo un día. Entonces, Moisés subió a una colina y mantuvo los brazos extendidos con su vara en la mano. Mientras él tenía sus brazos levantados, los israelitas ganaban; cuando él se cansaba y bajaba los brazos, perdían. Sin embargo, el valle no encajaba con todas las imágenes que yo había visto en las clases de Escuela Sabática, que mostraban una gran llanura, con una pequeña colina y un minúsculo individuo arriba. Se lo dije al guía, que sonrió y comentó: “No era una llanura y no había colina tampoco. Fue justo aquí, en este valle, y Moisés debió de estar de pie en la parte superior, mirando desde la cima a su ejército”. Toda la historia cobró una nueva luz para mí. En lugar de estar distante, Moisés estuvo a menos de treinta metros por encima de sus hombres, de tal manera que, cuando ellos levantaban la vista, lo veían apoyándolos desde la cima. Y podían ver su agotamiento, tal como él podía ver la lucha.
Esa es la misma forma en la que Dios está con nosotros. No nos mira desde lejos sino desde cerca, ofreciéndonos su ayuda cuando levantamos la vista hacia él. ¿Estás mirándolo a él en estos días o centras tu atención en tus miedos y preocupaciones? Levanta la mirada hacia el que siempre está dispuesto a ayudarnos.

Tomado de lecturas devocionales para Adolescentes 2017
FUSIÓN
Por: Melissa y Greg Howell
#Fusión # UnPuntoDeEncuentroEntreTúyDios #MeditacionesMatutina #DevociónMatutinaParaAdolescentes #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

EL MIRLO ACUÁTICO

“Porque Jehová, el Señor, me ayuda, no me avergoncé; por eso he puesto mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado” (Isa. 50:7).

El verano estaba terminando. Los robles dejaban caer sus hojas marrones bajo las ramas de los imponentes árboles de hoja perenne. Nuestro vehículo estaba estacionado en un rincón tranquilo del campamento. Con el olor a naturaleza y el relajante murmullo del río, mi esposo y yo sentimos la paz de Dios. También nos rodeaban las montañas de residuos que dejó la fiebre del oro de 1849 en California. El río había dado vastas cantidades de oro a los mineros mucho tiempo atrás, pero el oro que yo me llevaba a casa no se compraba con dinero: era la preciada paz interior que me había provisto la determinación de un pequeño pájaro.
Una mañana, durante mi caminata río arriba, me había aventurado hacia una plataforma con vistas al río. Un pajarillo de color gris había llamado mi atención. Era un mirlo acuático. Fascinada, lo observé. Las flexiones constantes y profundas de sus rodillas mantenían su cuerpo en continuo movimiento, aun cuando las olas a las que se enfrentaba amenazaban con derribarlo. A pesar de la espuma que lo salpicaba y le pasaba por encima, el pequeño mirlo se mantuvo con tenacidad sobre la roca resbaladiza; de hecho, parecía disfrutar de los continuos torrentes de agua. Lo vi sumergirse en el frío río, en busca de larvas enterradas. A pesar de sus repetidos Intentos, solo una vez lo vi salir con un gusano en el pico. Sin embargo, aquel mirlo no se desalentó; continuó su búsqueda constante de alimento.
Descubrí que Dios había proporcionado una serie increíble de ayudas a esa criatura única: tapones en la nariz, fuertes garras, denso plumaje, párpados especiales para protegerse del agua, y una glándula sebácea para impermeabilizar sus plumas. ¡Cómo no alabar a Dios, por haberme dado a mí también todo lo que necesito!
Como bisabuela de cuatro criaturas, me doy cuenta de que la fuerza de mi juventud está disminuyendo. Pero la determinación inquebrantable de ese pequeño mirlo ha sido toda una inspiración para mí. Con la ayuda de Dios, yo también estoy dispuesta a aprovechar todos los talentos que me ha dado para atraer a otros hacia él. Y los años que me quedan haré su voluntad con todas mis fuerzas, y ayudaré a acelerar el regreso de mi Señor. ¿Harás tú lo mismo?  Donna Lee Sharp

Tomado de lecturas devocionales para Damas 2017
VIVIR EN SU AMOR    
Por: Carolyn Rathbun Sutton – Ardis Dick Stenbakken
#VivirEnSuAmor #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMujeres #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

EL DÍA DE LOS PRESIDENTES

“Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor” (Ezequiel 28:17).

El 20 de enero bien podría denominarse el “Día de los Presidentes” de Estados Unidos. Un día como hoy juraban en su cargo presidentes como Dwight D. Einsenhower, John F. Kennedy, Richard Nixon, Ronald Reagan, George Herbert Walker Bush, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama. Sí, todos ellos tomaron posesión de su cargo un 20 de enero.
¿Te has preguntado alguna vez qué se siente estar al frente de la nación más poderosa de la Tierra? ¿Cómo se sentiría ser el Comandante en Jefe del ejército no solo más poderoso, sino también con mayor capacidad destructiva? Alguien ha dicho, con justicia, que se conoce verdaderamente el carácter de una persona cuando tiene poder. Muchos venden su alma por un poco de poder. Hay otros que llegan al poder sin transgredir sus principios, pero que terminan corrompidos por el magnetismo que ejerce. Después de todo, no es fácil mantenerse en el poder. En todos los casos, el poder termina transformándose en un fin en sí mismo.
La Biblia presenta el caso de alguien que, si bien tenía una posición de privilegio, aspiró al poder absoluto. Porque esa fue la intención de Lucifer, el primero entre los ángeles, que no se contentó con ser primero entre las criaturas: “En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. […] Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor” (Eze. 28:13,17). Eso lo llevó a desear ocupar el Trono del universo: “Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono […] sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Isa. 14:13). Sí, fue su delirio de poder lo que lo llevó a pecar: “Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad” (28:15).
A los jóvenes se nos pide que soñemos en grande; que tengamos aspiraciones elevadas; que seamos cabeza de león, y no cola de ratón. No está mal; pero solo si consideramos esas metáforas como oportunidades de servicio, y no como medios para alcanzar poder y reconocimiento. De acuerdo con Jesús, la grandeza está en el servicio, y no en el poder y el liderazgo en sí mismos. Hoy, pidamos que Dios acomode nuestros planes y proyectos a su ideal de servicio. MB

Tomado de lecturas devocionales para Jóvenes 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Por: Pablo Ale – Marcos Blanco
#UnDíaHistórico #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaJovenes #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

¿POR QUÉ DUDAR?

«¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?». Mateo 14: 31

La palabra de dios, como el carácter de su divino autor, presenta misterios que nunca podrán ser plenamente comprendidos por seres finitos. La entrada del pecado en el mundo, la encarnación de Cristo, la regeneración, la resurrección, así como otros temas que se presentan en la Sagrada Escritura, son misterios demasiado profundos para que la mente humana los explique, o siquiera los entienda realmente. Pero el hecho de que no comprendamos todos los misterios divinos no justifica que dudemos de la Palabra de Dios. En el mundo natural estamos constantemente rodeados de misterios que escapan nuestra comprensión. Hasta las formas más humildes de vida presentan enigmas que los más sabios eruditos son incapaces de explicar. Por doquiera se ven maravillas que superan nuestro conocimiento. ¿Nos ha de sorprender, entonces, encontrar también en el mundo espiritual misterios que no podamos sondear? […] Los incrédulos han presentado las dificultades de las Sagradas Escrituras como argumento contra ellas; pero distan mucho de serlo, ya que constituyen en realidad una contundente evidencia de su inspiración divina. Si la Biblia solo contuviera acerca de Dios aquello que fácilmente pudiéramos comprender, si su grandeza y majestad pudieran ser abarcadas por inteligencias finitas, entonces la Biblia no llevaría las credenciales inequívocas de la autoridad divina. La misma grandeza y los mismos misterios de los temas presentados deben inspirar fe en ella como Palabra de Dios.
La Escritura presenta la verdad con tal sencillez y con una adaptación tan perfecta a las necesidades y los anhelos del corazón humano, que ha asombrado y cautivado a las mentes más cultas. Al mismo tiempo capacita al más humilde y sencillo para discernir el camino de la salvación. No obstante, estas verdades sencillamente declaradas tratan asuntos tan sublimes, de tanta trascendencia, tan infinitamente fuera del alcance de la comprensión humana, que solo podemos aceptarlas porque Dios las ha revelado.
Así queda el plan de la redención expuesto delante de nosotros, de modo que cualquiera pueda ver los pasos que es necesario dar para arrepentirse ante Dios y tener fe en nuestro Señor Jesucristo, para salvarse de la manera señalada por Dios. Sin embargo, bajo estas verdades tan comprensibles existen misterios que son el escondedero de la gloria del Señor, misterios que abruman la mente que los indaga, aunque inspiran fe y reverencia al sincero investigador de la verdad. Cuanto más escudriña este la Biblia, tanto más se arraiga su convicción de que es la Palabra del Dios vivo, y la razón humana se inclina ante la majestuosidad de la revelación divina.— El camino a Cristo, cap. 12, pp. 159-162.

Tomado de lecturas devocionales para Adultos 2017
DE VUELTA AL HOGAR
Por: Elena G. de White
#DeVueltaAlHogar #MeditacionesMatutinas #DevocionMatutinaParaAdultos #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian